miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Cómo se Hizo "Tiburón" ("Jaws" - 1975)? Parte 2




La crítica que salió en la revista "Newsweek" posterior al estreno de "Tiburón"



La idea original de "Tiburón" comenzó en 1971, cuando su autor Peter Benchley imaginó
una historia acerca de un gran tiburón blanco basado en un hecho oído de su abuelo.
Para abril de 1972, Benchley tenía los cuatro primeros capítulos de la historia y el libro completo fue entregado a su editor en enero de 1973.
Para ese entonces, dos productores se abocaban al firme propósito de hacerse de los derechos del libro y convertirlo en filme, aún cuando la historia no había salido a la calle editada ni se sabía que efecto tendría en el público.
Richard Zanuck y David Brown cultivaban estrechos vínculos con los Estudios Universal, uno de los más célebres de la industria del cine. Como empresa productora, Zanuck - Brown se encargaba de hacer las películas que Universal distribuiría, participando ambas partes en un complejo y equilibrado juego de riesgos y beneficios. Cada uno ponía lo suyo y, a su tiempo, también lo retiraba; hablo de trabajo, metraje de cine y cobro de beneficios en metálico contante y sonante por cada película filmada.
Pero lo que estaban por iniciar, aún no se había escrito como producción en los anales de Hollywood. Ni "Lo Que EL Viento Se Llevó" ni "Ben Hur" ni "Los Diez Mandamientos" habrían de traer tantas complicaciones y dolores de cabeza a un estudio y su productora... Tampoco las enormes recaudaciones de taquillas que el filme logró a la postre habían sido registradas hasta ese momento...





De las páginas al celuloide - Un duro y complejo viaje.


Cuando se dice que "Tiburón" cambió a la industria del cine, es textual. Hasta ahí la dinámica era una cosa y posterior al filme todo se convirtió en otra cosa. Se empezó a hablar de taquilla, de promoción y marketing, de mercadeo y negocios paralelos (juguetes, ropa, elementos de deportes como natación y buceo) y se empezó a pensar que era hora de forzar los límites de la tecnología, de los efectos especiales y en general de la manera en la que Hollywood imaginaba sus producciones.
Spielberg, el futuro director de la película, y un buen amigo suyo, un tal George Lucas, con sendos trabajos que firmarían, serían los principales artífices de ese cambio que llega aún hasta nuestros días.

Luego del éxito de "El Golpe" las siguientes producciones del binomio Z-B no venían con buena estrella; en la crítica encontraban buen eco, pero en las taquillas reflejaban frustración. Debían analizar con sumo cuidado como encararían la producción de "Tiburón".
A mediados de 1973 se reunían en el sur de Francia con Peter Benchley, quien estaba trabajando a pleno sobre el guión del filme, y con un joven director de 27 años cuyas únicas dos experiencias en trabajos detrás de cámara le habían dejado con una muy buena imagen, pero con poca repercusión a nivel recaudación, como le ocurría a Z-B.
Steven Spielberg, de él se trataba, no había sido elegido en un primer momento como el hombre a contratar. Si bien se había topado con el libro de casualidad y de inmediato sintió una terrible atracción por el desafío, los productores pretendían poner tras las cámaras a un profesional mejor experimentado, sobre todo a la hora de acelerar el paso y reducir tiempo de filmación y gastos, a la vez que dirigiera con mano de hierro a técnicos y actores a fin de que el proyecto no se descarriara.
Pero no fue fácil convencer a los nombres consagrados de hacer tándem con un escualo como protagonista del filme. Así fue que miraron hacia el lado de Steven y lo subieron al tren con ellos.
Los protagonistas de "Duel"
Spielberg venía de filmar "Sugarland Express" para cine y "Duel" para la T.V. americana y justamente se hallaba en Europa promocionando ésta última, dado el interés que había despertado para el público del viejo continente.
Su argumento era de lo más rudimentario, pero el tratamiento que el director le dio a la acción revelaron a la película como original, distinta, y el público la eligió y aclamó por ello.
Un sencillo vendedor decide iniciar un viaje hacia el oeste americano conduciendo su auto a lo largo de todo el trayecto. En el camino hace su aparición un monstruoso camión que comienza a seguirlo insistentemente, para luego acosarlo y por último tratar de arrollarlo y quitarlo de la carretera por todos los medios.
¿Locura? ¿Psicosis? ¿Venganza? Nadie lo sabe, y es en eso donde radica el mayor interés del filme, que terminó siendo bendecido por crítica y público. Así fue entonces la historia de cómo el futuro papá de Indiana Jones se hizo cargo de domar a un gran tiburón blanco de casi diez metros de largo y hacer con él lo que quiso.

Empiecen de una vez...


A inicios de 1974 comenzó a armarse la producción del filme de manera formal. Los planteos se centraron entonces en el protagonista principal de la historia, el tiburón.
Z-B pensaron que la combinación de elementos recurrentes en la industria resolverían el tronco principal de la filmación: miniaturas, maquetas, muñecos, tomas submarinas hechas por documentalistas que luego se editarían y material de archivo sobre tiburones sería la materia prima de la cual se nutrirían para resolver el principal eje de la historia que sería contada.

Esta toma, sin trucaje, da una idea de comparación de tamaño
entre un gran blanco y un humano.
Pero no tenían idea de cuan lejos estaban de resolverlo.
Con el erróneo ejemplo de la larga historia que Hollywood tenía de animales amaestrados actuando en pantalla, los productores arrancaron pensando en pequeño respecto al animal con el que deberían lidiar.
Si se entrenaban delfines, perros, caballos y hasta gaviotas, a fin de utilizarlos en sus producciones, ¿qué tan diferente podría ser lograr lo mismo con un tiburón? Mucho. Muchísimo. No tenían ni idea de en lo que se estaban metiendo...
El gran tiburón blanco no era solo el protagonista principal de la historia. También es el más rudimentario y salvaje de toda la familia de escualos que nada en los océanos del mundo. Básicamente un gran blanco se ocupa de dos cosas: procrear y devorar. Su
Los "storyboards" son dibujos que ilustran
cómo pretenden ser las tomas
a filmar por el director. 
reducido cerebro no analiza otra cosa más que eso. Si además, tenemos en cuenta que su cautiverio es altamente improbable de llevar a buen término, con ésto los productores podían empezar a despedirse de la idea de un tiburón entrenado.
Entonces, primer gran cuestión... ¿Cómo resolverían el problema?

Joe Alves era el director de arte designado para el proyecto "Tiburón". Básicamente, un director de arte tiene la tarea de hacerse responsable por todas las imágenes de un filme y la coordinación de todo lo que debe aparecer frente a cámara, es decir en pantalla.
Si un avión cruza el cielo nocturno, el director de arte se encarga de montar lo necesario para hacerlo, sea en un truco o filmando tomas reales. Lo mismo que si hay que saltar de un puente, correr a campo traviesa o recorrer grandes extensiones de terreno sobre un camello: el director de arte logra que el planteo del guión se convierta en la imagen que el director quiere lograr y que luego el espectador ve en el cine.
Sabiendo que debería vérselas con un animal marino, Alves partió de la lógica que el trabajo requería y comenzó a entrevistar expertos. Se reunió con ictiólogos, oceanógrafos, naturalistas, directores de documentales, toda persona que tuviera experiencia de primera mano con tiburones era de interés de Alves. Y allí mismo comenzó a encontrarse con tropiezos.
Estos pertenecen al propio Joe Alves
Cada uno le dejó claro que si su idea seria conseguir un gran blanco que hiciera algo de lo que él necesitara, estaba por completo errado. Los grandes blancos, ni ningún otro escualo, funcionaban así.
Sin desalentarse, después de todo era solo el primer round en la pelea, Alves siguió con la lectura de libros y la investigación de los hábitos del animal, al tiempo que se reunían con Spielberg y empezaban a delinear que era lo que pretendían del animal.
Con el correr de los días comprendieron que estaban frente al primero, gran, enorme y complejo problema de todos los que deberían sortear: si querían un tiburón capaz de seguir las órdenes del director, deberían construirlo...

Lo primero que Spielberg pidió entonces fue conocer de primera mano que hacía y como se movía un gran blanco. Para ello se contrató a Ron y Valery Taylor, un matrimonio australiano expertos en tiburones que se dedicaban a la filmación de metraje documental para naturalistas.


Ron y Valerie Taylor
Ni bien recibieron las pautas de lo que el director necesitaba, los documentalistas echaron por tierra otra de las necesidades de la producción. Un tiburón blanco de 26 pies como describía el libro (unos ocho metros de largo) si bien era probable encontrarlo, no eran de los que abundaban. Lo normal era hallar ejemplares que rondaran los 15 pies (4.56 mts.) en los arrecifes australianos, con lo cual sería tarea de la producción pensar cómo se vería en pantalla 10 pies más largo el tiburón estrella que apareciera.
El director de arte Joe Alves jugando con un modelo de "Bruce"
La respuesta fue tan simple como ocurrente: si no encontramos un tiburón lo suficientemente grande, encojeremos todo lo que pongamos a su alrededor. Buzos, equipos, cosas, serán reducidas en su tamaño normal para que el escualo que se filme parezca más grande.
Alves posa junto al tiburón en los inicios de su construcción
Para ello contrataron los servicios de un doble muy conocido, que ya había trabajado en infinidad de películas sustituyendo a niños en escenas difíciles o reemplazando a jóvenes indios que caían de sus caballos. Carl Rizzo, el doble en cuestión, era originalmente un jockey que entró al negocio del cine por error o casualidad. Lo cierto es que para las necesidades de Spielberg, el tipo vino como anillo al dedo.

Las principales escenas que Rizzo debería filmar, serían las relacionadas a la interacción de Hooper, el oceanógrafo encarnado por Richard Dreyfuss, y el tiburón, las cuales eran pocas y puntuales sobre el final del filme.
Para ello se adecuó todo el equipamiento en torno al doble al tamaño y complexión física de éste. Utilizó un traje de buzo para niño, incluidos tanque de aire y neoprene; se construyó una replica a escala más pequeña de la jaula para tiburones que se ve montada sobre la cubierta del barco y así se fue resolviendo el primero de los muchos traspiés que salieron al cruce de la producción.




El tiempo que le llevó a Rizzo completar la filmación requerida fue por demás accidentado. Primero porque su experiencia como buzo era nula; hubo que entrenarlo en lo rudimentario de la actividad para que pudiera lograr con soltura las tomas necesarias.
Paralelo a eso, debió sortear un peligroso par de imprevistos surgidos durante la filmación. En una ocasión, el cebado de los alrededores del lugar de filmación fue excesivo por lo cual muchos más tiburones de los necesarios se arremolinaron alrededor de su jaula, quedando éste a merced de los escualos hambrientos sin poder filmar una toma.


Valerie también quiso su foto con "Bruce", así se conocía al tiburón entre los integrantes del equipo de producción.
(fotografía propiedad de Caters News Agency)
En otra oportunidad, los escualos se descontrolaron y empezaron a arremeter contra la jaula y hubo que subirla a superficie de apuro, con el consiguiente ataque de pánico del pequeño actor.  
Curiosamente, el nombre del dedicado doble no aparece en los créditos de filmación que se hallan en la IMDB, como parte integrante del elenco o el equipo de trabajo de "Tiburón".
De esta forma, en ningún momento el actor Richard Dreyfuss interactúa o está siquiera cerca del animal. Salvo cuando se encuentra con uno colgado en el muelle... del cual hay una interesante anécdota que se contará más adelante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario