jueves, 3 de octubre de 2013

Thomas Leo Clancy (Tom Clancy) 1947 - 2013

Tal vez esta debería ser la imágen con la cual despedir al hombre (Mobilism.org)



Escuché la noticia a las cinco y cuarto de la mañana cuando me estaba despertando. La primera impresión fue que era parte del sueño.
Lo que hice al levantarme fue ir a la computadora. Los medios locales no tenían el titular como destacado, ni siquiera en segunda línea; entonces fui a las fuentes.
En un lugar común al resto de las noticias, el titular del New York Times simplemente anunciaba:

"Tom Clancy, best selling master of military thrillers, dies at 66" 

... y no quedó mas remedio que darlo por hecho.
El autor que se había puesto a la cabeza de mis preferencias durante los últimos treinta años dejaba de escribir definitivamente.
Lo siento Tom, vamos a extrañarte mucho.
Mucho...

A Tom le gustaba lucir prendas militares, de seguro obsequiadas por alguno de sus muchos contactos militares. Aqui luciendo una campera de las utilizadas por las dotaciones de pilotos de caza F-14 y F-18 embarcados en portaaviones, aunque el parche que tiene en la pechera lo identifíque como miembro de la Caballería del Ejército.
La gorra que lleva pertenece al grupo de guerra antisubmarina de helicópteros SH-60B Seahawk de la Armada Estadounidense, perteneciente a la Base Mayport en Jacksonville, Florida.



Hacer una reseña breve y al paso del trabajo de este autor de libros de espionaje y thrillers militares, además de obras de documentación como la serie de títulos en las que expone por dentro el funcionamiento y la organización de distintas unidades militares como submarinos, portaaviones o fuerzas especiales, no se corresponde al lugar que personalmente le doy por prolífico y por profesional.
Por tanto esto, solo citar aquí algo de su trabajo para volver después con un par de buenas y extensas notas en las cuales trataré de hacer justicia tanto en los comentarios particulares de sus libros como en la exposición de la enorme producción de obras que sacó a la luz a lo largo de sus casi treinta años de carrera, los cuales se hubiesen cumplido el año que viene si la vida hubiese estirado el tranco.



"El Octubre Rojo

El capitán de navío de la Marina Soviética Marko Ramius vestía las ropas especiales para el Ártico que eran reglamentarias en la base de submarinos de la Flota del Norte, en Polyarnyy."


Así, con esta frase simple y clara, se iniciaba una carrera que a lo largo de veintinueve años dejó una producción de alrededor de treinta y cinco novelas, entre títulos escritos en solitario y otros en colaboración, siete guias testimoniales, varios artículos para revistas especializadas, guiones e ideas para video juegos, dos juegos de tablero y un par de sagas de títulos particulares como Op-Center y Net-Force.

Varios de sus libros fueron llevados al cine y aunque solo el primero fue honorablemente tratado, los estudios no pudieron evitar sucumbir a la tentación de insistir con otros.
"La Caza al Octubre Rojo", "Juego de Patriotas", "Peligro Inminente" y "La Suma de Todos los Miedos" fueron los cuatro títulos con los que Clancy saltó de las páginas a la pantalla.

El primero, "La Caza al Octubre Rojo", fue el mejor plasmado; su guión se ajusta de manera casi idéntica a lo redactado. El casting del filme fue de los mejores que se vieron en los últimos tiempos respecto a adaptaciones.
Sean Connery "era" Marko Ramius, nadie más podía ajustarse su uniforme. El Jack Ryan de Alec Baldwin era exacto; mucha mejor elección que Harrison Ford, con el debido respeto, y ni que hablar de la pésima idea de invitar a Ben Affleck.
Scott Glen personificaba al comandante de submarinos Bart Mancuso, otro ejemplo de que a nadie más le calzaba el sayo; James Earl Jones era el Almirante Geer, director de la CIA y Sam Neil el fiel primer oficial Vasili Borodin, cómplice de Ramius en la deserción a occidente.
Detrás de estos primeros actores venía una legión de acompañantes que acababa de darle a la película el título de super producción: Joss Ackland, Peter Firth, Tim Curry, Richard Jordan, Stellan Skarsgard y Fred Dalton Thompson estaban en esa lista, por solo nombrar a algunos.

"Juego de Patriotas" fue una adaptación a medias. Si bien reproducía el espíritu del libro, los guionistas empezaron a tomar ciertas licencias que no respetaban los detalles o los personajes y sus perfiles. Tal vez el primer error de entusiasmo fue no volver a darle a Baldwin el papel de Jack Ryan, que a partir de acá pasó a manos de Ford. A mi juicio una mala decisión. Tanto el libro como el filme son entretenidos e interesantes, pero no alcanzan el clímax que había significado navegar por las profundidades del Atlántico escapando de la Marina Soviética de "La Caza..."

Con la tercer entrega, "Peligro Inminente", el rumbo se perdió por completo. Por empezar, la trama no era complicada pero sí profunda, con varias líneas narrativas. Ponerlo en un filme de dos horas no era fácil y el resultado se notó.
El primer error que se comete, otra vez el casting mal enfocado, es no elegir al actor correcto para poner en escena al verdadero protagonista de todas las novelas de Clancy, al menos en lo que a la saga de Ryan se refiere, el Sr. Clark. La responsabilidad del rol fue a parar a manos de Willem Dafoe. Horrible.
Leer la descripción física de Clark es darse de frente contra una pared al ver a Dafoe. Cuando uno adapta un libro, es regla número uno hacer un esfuerzo por reproducir en la imagen lo más fiel de lo que el libro original dice. Y si no preguntenle a Peter Jackson a propósito de "El Señor de los Anillos" y la opinión de los fanáticos.
Buena película, pero si el libro era puntuación 10 ésta solo alcanza apenas un 6 y con esfuerzo.

Y de "La Suma de Todos los Miedos" directamente ni vale la pena ocuparse. Lo que hicieron con este libro fue una quema indiscriminada. Buena parva de verdes deben haberle puesto al bueno de Tom para permitir hacer semejante falta de respeto a su libro.

En dos notas próximas trataré de resumir y contar que hizo y que generó el hombre que replanteó el escenario del thriller tecnológico-militar de la literatura de finales del siglo XX, tiempo en el que el final de la guerra fría fue el terreno a la sombra del cual creció este enorme autor.



El Capitán Marko Ramius (Connery) conoce al comandante Bart Mancuso (Scott Glenn) de la Fuerza de Submarinos de la Armada Norteamericana. Atrás, Jack Ryan (Baldwin) artífice del encuentro observa complacido.