miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Cómo se Hizo "Tiburón" ("Jaws" - 1975)? Parte 2




La crítica que salió en la revista "Newsweek" posterior al estreno de "Tiburón"



La idea original de "Tiburón" comenzó en 1971, cuando su autor Peter Benchley imaginó
una historia acerca de un gran tiburón blanco basado en un hecho oído de su abuelo.
Para abril de 1972, Benchley tenía los cuatro primeros capítulos de la historia y el libro completo fue entregado a su editor en enero de 1973.
Para ese entonces, dos productores se abocaban al firme propósito de hacerse de los derechos del libro y convertirlo en filme, aún cuando la historia no había salido a la calle editada ni se sabía que efecto tendría en el público.
Richard Zanuck y David Brown cultivaban estrechos vínculos con los Estudios Universal, uno de los más célebres de la industria del cine. Como empresa productora, Zanuck - Brown se encargaba de hacer las películas que Universal distribuiría, participando ambas partes en un complejo y equilibrado juego de riesgos y beneficios. Cada uno ponía lo suyo y, a su tiempo, también lo retiraba; hablo de trabajo, metraje de cine y cobro de beneficios en metálico contante y sonante por cada película filmada.
Pero lo que estaban por iniciar, aún no se había escrito como producción en los anales de Hollywood. Ni "Lo Que EL Viento Se Llevó" ni "Ben Hur" ni "Los Diez Mandamientos" habrían de traer tantas complicaciones y dolores de cabeza a un estudio y su productora... Tampoco las enormes recaudaciones de taquillas que el filme logró a la postre habían sido registradas hasta ese momento...





De las páginas al celuloide - Un duro y complejo viaje.


Cuando se dice que "Tiburón" cambió a la industria del cine, es textual. Hasta ahí la dinámica era una cosa y posterior al filme todo se convirtió en otra cosa. Se empezó a hablar de taquilla, de promoción y marketing, de mercadeo y negocios paralelos (juguetes, ropa, elementos de deportes como natación y buceo) y se empezó a pensar que era hora de forzar los límites de la tecnología, de los efectos especiales y en general de la manera en la que Hollywood imaginaba sus producciones.
Spielberg, el futuro director de la película, y un buen amigo suyo, un tal George Lucas, con sendos trabajos que firmarían, serían los principales artífices de ese cambio que llega aún hasta nuestros días.

Luego del éxito de "El Golpe" las siguientes producciones del binomio Z-B no venían con buena estrella; en la crítica encontraban buen eco, pero en las taquillas reflejaban frustración. Debían analizar con sumo cuidado como encararían la producción de "Tiburón".
A mediados de 1973 se reunían en el sur de Francia con Peter Benchley, quien estaba trabajando a pleno sobre el guión del filme, y con un joven director de 27 años cuyas únicas dos experiencias en trabajos detrás de cámara le habían dejado con una muy buena imagen, pero con poca repercusión a nivel recaudación, como le ocurría a Z-B.
Steven Spielberg, de él se trataba, no había sido elegido en un primer momento como el hombre a contratar. Si bien se había topado con el libro de casualidad y de inmediato sintió una terrible atracción por el desafío, los productores pretendían poner tras las cámaras a un profesional mejor experimentado, sobre todo a la hora de acelerar el paso y reducir tiempo de filmación y gastos, a la vez que dirigiera con mano de hierro a técnicos y actores a fin de que el proyecto no se descarriara.
Pero no fue fácil convencer a los nombres consagrados de hacer tándem con un escualo como protagonista del filme. Así fue que miraron hacia el lado de Steven y lo subieron al tren con ellos.
Los protagonistas de "Duel"
Spielberg venía de filmar "Sugarland Express" para cine y "Duel" para la T.V. americana y justamente se hallaba en Europa promocionando ésta última, dado el interés que había despertado para el público del viejo continente.
Su argumento era de lo más rudimentario, pero el tratamiento que el director le dio a la acción revelaron a la película como original, distinta, y el público la eligió y aclamó por ello.
Un sencillo vendedor decide iniciar un viaje hacia el oeste americano conduciendo su auto a lo largo de todo el trayecto. En el camino hace su aparición un monstruoso camión que comienza a seguirlo insistentemente, para luego acosarlo y por último tratar de arrollarlo y quitarlo de la carretera por todos los medios.
¿Locura? ¿Psicosis? ¿Venganza? Nadie lo sabe, y es en eso donde radica el mayor interés del filme, que terminó siendo bendecido por crítica y público. Así fue entonces la historia de cómo el futuro papá de Indiana Jones se hizo cargo de domar a un gran tiburón blanco de casi diez metros de largo y hacer con él lo que quiso.

Empiecen de una vez...


A inicios de 1974 comenzó a armarse la producción del filme de manera formal. Los planteos se centraron entonces en el protagonista principal de la historia, el tiburón.
Z-B pensaron que la combinación de elementos recurrentes en la industria resolverían el tronco principal de la filmación: miniaturas, maquetas, muñecos, tomas submarinas hechas por documentalistas que luego se editarían y material de archivo sobre tiburones sería la materia prima de la cual se nutrirían para resolver el principal eje de la historia que sería contada.

Esta toma, sin trucaje, da una idea de comparación de tamaño
entre un gran blanco y un humano.
Pero no tenían idea de cuan lejos estaban de resolverlo.
Con el erróneo ejemplo de la larga historia que Hollywood tenía de animales amaestrados actuando en pantalla, los productores arrancaron pensando en pequeño respecto al animal con el que deberían lidiar.
Si se entrenaban delfines, perros, caballos y hasta gaviotas, a fin de utilizarlos en sus producciones, ¿qué tan diferente podría ser lograr lo mismo con un tiburón? Mucho. Muchísimo. No tenían ni idea de en lo que se estaban metiendo...
El gran tiburón blanco no era solo el protagonista principal de la historia. También es el más rudimentario y salvaje de toda la familia de escualos que nada en los océanos del mundo. Básicamente un gran blanco se ocupa de dos cosas: procrear y devorar. Su
Los "storyboards" son dibujos que ilustran
cómo pretenden ser las tomas
a filmar por el director. 
reducido cerebro no analiza otra cosa más que eso. Si además, tenemos en cuenta que su cautiverio es altamente improbable de llevar a buen término, con ésto los productores podían empezar a despedirse de la idea de un tiburón entrenado.
Entonces, primer gran cuestión... ¿Cómo resolverían el problema?

Joe Alves era el director de arte designado para el proyecto "Tiburón". Básicamente, un director de arte tiene la tarea de hacerse responsable por todas las imágenes de un filme y la coordinación de todo lo que debe aparecer frente a cámara, es decir en pantalla.
Si un avión cruza el cielo nocturno, el director de arte se encarga de montar lo necesario para hacerlo, sea en un truco o filmando tomas reales. Lo mismo que si hay que saltar de un puente, correr a campo traviesa o recorrer grandes extensiones de terreno sobre un camello: el director de arte logra que el planteo del guión se convierta en la imagen que el director quiere lograr y que luego el espectador ve en el cine.
Sabiendo que debería vérselas con un animal marino, Alves partió de la lógica que el trabajo requería y comenzó a entrevistar expertos. Se reunió con ictiólogos, oceanógrafos, naturalistas, directores de documentales, toda persona que tuviera experiencia de primera mano con tiburones era de interés de Alves. Y allí mismo comenzó a encontrarse con tropiezos.
Estos pertenecen al propio Joe Alves
Cada uno le dejó claro que si su idea seria conseguir un gran blanco que hiciera algo de lo que él necesitara, estaba por completo errado. Los grandes blancos, ni ningún otro escualo, funcionaban así.
Sin desalentarse, después de todo era solo el primer round en la pelea, Alves siguió con la lectura de libros y la investigación de los hábitos del animal, al tiempo que se reunían con Spielberg y empezaban a delinear que era lo que pretendían del animal.
Con el correr de los días comprendieron que estaban frente al primero, gran, enorme y complejo problema de todos los que deberían sortear: si querían un tiburón capaz de seguir las órdenes del director, deberían construirlo...

Lo primero que Spielberg pidió entonces fue conocer de primera mano que hacía y como se movía un gran blanco. Para ello se contrató a Ron y Valery Taylor, un matrimonio australiano expertos en tiburones que se dedicaban a la filmación de metraje documental para naturalistas.


Ron y Valerie Taylor
Ni bien recibieron las pautas de lo que el director necesitaba, los documentalistas echaron por tierra otra de las necesidades de la producción. Un tiburón blanco de 26 pies como describía el libro (unos ocho metros de largo) si bien era probable encontrarlo, no eran de los que abundaban. Lo normal era hallar ejemplares que rondaran los 15 pies (4.56 mts.) en los arrecifes australianos, con lo cual sería tarea de la producción pensar cómo se vería en pantalla 10 pies más largo el tiburón estrella que apareciera.
El director de arte Joe Alves jugando con un modelo de "Bruce"
La respuesta fue tan simple como ocurrente: si no encontramos un tiburón lo suficientemente grande, encojeremos todo lo que pongamos a su alrededor. Buzos, equipos, cosas, serán reducidas en su tamaño normal para que el escualo que se filme parezca más grande.
Alves posa junto al tiburón en los inicios de su construcción
Para ello contrataron los servicios de un doble muy conocido, que ya había trabajado en infinidad de películas sustituyendo a niños en escenas difíciles o reemplazando a jóvenes indios que caían de sus caballos. Carl Rizzo, el doble en cuestión, era originalmente un jockey que entró al negocio del cine por error o casualidad. Lo cierto es que para las necesidades de Spielberg, el tipo vino como anillo al dedo.

Las principales escenas que Rizzo debería filmar, serían las relacionadas a la interacción de Hooper, el oceanógrafo encarnado por Richard Dreyfuss, y el tiburón, las cuales eran pocas y puntuales sobre el final del filme.
Para ello se adecuó todo el equipamiento en torno al doble al tamaño y complexión física de éste. Utilizó un traje de buzo para niño, incluidos tanque de aire y neoprene; se construyó una replica a escala más pequeña de la jaula para tiburones que se ve montada sobre la cubierta del barco y así se fue resolviendo el primero de los muchos traspiés que salieron al cruce de la producción.




El tiempo que le llevó a Rizzo completar la filmación requerida fue por demás accidentado. Primero porque su experiencia como buzo era nula; hubo que entrenarlo en lo rudimentario de la actividad para que pudiera lograr con soltura las tomas necesarias.
Paralelo a eso, debió sortear un peligroso par de imprevistos surgidos durante la filmación. En una ocasión, el cebado de los alrededores del lugar de filmación fue excesivo por lo cual muchos más tiburones de los necesarios se arremolinaron alrededor de su jaula, quedando éste a merced de los escualos hambrientos sin poder filmar una toma.


Valerie también quiso su foto con "Bruce", así se conocía al tiburón entre los integrantes del equipo de producción.
(fotografía propiedad de Caters News Agency)
En otra oportunidad, los escualos se descontrolaron y empezaron a arremeter contra la jaula y hubo que subirla a superficie de apuro, con el consiguiente ataque de pánico del pequeño actor.  
Curiosamente, el nombre del dedicado doble no aparece en los créditos de filmación que se hallan en la IMDB, como parte integrante del elenco o el equipo de trabajo de "Tiburón".
De esta forma, en ningún momento el actor Richard Dreyfuss interactúa o está siquiera cerca del animal. Salvo cuando se encuentra con uno colgado en el muelle... del cual hay una interesante anécdota que se contará más adelante.

martes, 20 de septiembre de 2016

Hemos Visto... "Miedo Profundo" ¿A Quién Le Da Miedo Este Bódrio?



Por ahora... Es todo lo que hay. Ahí se las deberá arreglar la rubia para sobrevivir al escualo.


Ver la leyenda... 40 años y nos seguimos colgando de "Jaws"...
Justo cuando estoy haciendo una revisión de la película que cambió la historia del cine, hay alguien a quien se le ocurre venir con una historia de rehén marino.
Básicamente eso es "Miedo Profundo", una historia simple en la que una chica queda varada a 200 mts de la playa en una parte recóndita de la costa mexicana; precisamente, la referencia del título original "The Shallows" hace mención a las partes poco profundas circundantes al lugar donde la chica va a surfear. Y ya desde el inicio arrancamos con cuestiones poco claras.

"Lo que pasó en la profundidad...
... ahora esta en los bajos"
Sean originales muchachos...
A nadie se le cae una idea.
Primero, al llegar al lugar, el local que la lleva pregunta cómo va a volver. Oscurecerá pronto, sin embargo la joven no solo se queda sino además se mete al agua, se pone bronceador y tiene tiempo de charlar con un par de colegas que le echan el ojo e intentan unos tiritos.
Después, si observamos el lugar donde se internan en el mar, ella y los chicos, lo que menos parece es un lugar de grandes olas... Sin embargo ahí aparecen algunas que son viables de montar. Luego en un momento hasta aparece una por la cual el carilindo de turno va haciendo un túnel, en la típica maniobra de ir recorriendo el rulo de la ola que se envuelve sobre sí misma y él va acariciando el agua... Y entonces pienso... ¿No era que el lugar se caracterizaba por los bajos fondos? ¿Tanta ola se arma? Dejémoslo pasar...

Cuestión que la chica no solo se queda cuando la pareja de surfistas se va, además insiste en ver el anochecer en la playa, con lo cual la situación para la catástrofe se abre como una flor en la mañana.
En una toma desde arriba, el mar se ve cortado por el paso de la tabla y la surfista, y debajo de ella la sombra del tiburón, enorme, cruzándola de lado a lado.
Es obvio que nada bueno viene. Chapoteo va, chapoteo viene, en un momento determinado el bicho se decide y la topetea tirándola de la tabla y yendo al hueso para engullirla. Y acá arranca otra historia.
Cualquier similitud con Flipper es mera coincidencia.
¿Que quién es Flipper...? ¡Averigüen!
Primero tiene la suerte de sobrevivir a una brutal dentellada. Supongamos que si. Hay documentación al respecto que avala la supervivencia de gente que tuvo un Dios aparte para estos casos. El tema es que a partir de ahí deberá luchar con la hipotermia, la pérdida de sangre, la infección de la herida y el ultra veloz desarrollo de una gangrena en ciernes ¿Es tan así? No soy médico. Desconozco de esta cuestión; pero sí se de buceo y nunca vi que en el curso de una mañana a una noche una pierna se pudra por una herida...

¿Sobrevivirías vos a una dentellada de esas?

Más allá de detalles, si bien la película "entretiene" (a los 20 minutos me dediqué a saltarla para ver como terminaba) no tienen nada de lo que en otros tiempos "linkeaba" a estas producciones baratas con el modelo original a seguir (Lease "Tiburón") fundamentalmente porque se hace hacer a estos animales cosas que no hacen, y pareciera que a pesar de invertir millones en estos proyectos a nadie se le ocurre tirarle unos mangos a un oceanógrafo para que asesore sobre cuestiones técnicas.


No se confundan, no quiere mostrar. Es que no había neoprene de su talle...
Tuvo que aguantar con uno más chico

Hacete la linda que me gusta...!
Lo único que diré al respecto es que un tiburón no es un delfín. Vean la diferencia de la cola de cada uno... uno puede saltar y el otro no ¿no adivinan el por qué? Averigüen, no sean vagos. Es preferible estudiar un poco de biología marina a perder el tiempo viendo a una rubia semi desnuda haciéndose la linda con una mico biquini, trayendo excusas melodramáticas para darle a la historia un poco de sentimentalismo y viendo cómo un escualo hiper inteligente hace piruetas raras de aquellas que nunca veremos en un documental de Nat Geo o Discovery... simplemente porque, como dije, los tiburones no hacen eso.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

"Bloodline" - Conozcan Una Bella Familia...



"No somos mala gente... Pero hicimos algo malo"

"La gente muere. Los secretos no"


Al hablar de "Bloodline", una de las tantas y muy buenas series originales de Netflix, hay que hacerlo con cuidado, porque cualquier comentario desubicado podría revelar hechos de la trama que no es prudente adelantar.
No es prudente ni correspondería, dado que eso atentaría contra la esencia básica de la serie.
Ya las frases que abren los afiches de publicidad revelan que nada es lo que parece en este marco de belleza natural arrolladora. Y es que hay algo de lo vinculante entre historia y lugar donde se desarrolla: lo peor puede ocurrir en el lugar más bello.
Entonces... ¿qué podemos decir sin traicionar los secretos que tanto abundan en esta historia, enraizada en lo más profundo del policial más negro que se vio últimamente? Mucho.
Danny, la ¿oveja negra?

"Bloodline" es una contraposición permanente de luz y oscuridad. A los increíbles paisajes que muestra y que ponen marco a la acción, se oponen las sórdidas historias de secretos y errores que hilvanan la vida de los personajes. A la bella fotografía, enorme, arrebatadora desde lo visual, que ilustra el paradisíaco cayo sur de la Florida donde transcurre la acción se le planta enfrente la atmósfera opresiva, densa hasta lo insoportable, de las relaciones entre personajes, sean o no de la familia, que van mostrando el camino de redención que deberá recorrer cada uno.
Y es que desde el principio se nota a la legua que la historia va hacia el precipicio, pero solo siguiendo el rosario de capítulos es que descubriremos y comprenderemos hasta qué punto puede eso complicarse, espesarse y tornarse tan opresivo a punto tal que en algún momento necesitaremos levantarnos del sillón e ir en busca de aire fresco.

John y Meg, ciudadanos ilustres se podría decir...
La humedad y las lluvias tropicales, gruesas, potentes, sorpresivas, no hacen más que acentuar esa atmósfera oprimente que es un personaje más, omnipresente, de la historia. 

El hacedor de campañas. Cuidado con él.
Los Rayburn son una familia radicada en una pequeña localidad del medio de Key Largo. entre Tavernier o Plantation Key y Layton (si creen que el paisaje en el que viven es irreal, pidan ayuda al amigo Google y verán que los técnicos de efectos especiales no tienen nada que ver con esto) que administran un negocio familiar establecido hace varios años y que se dedica al alojamiento y el esparcimiento en una enorme posada a orillas del mar.
El emprendimiento lo funda Robert Rayburn, el patriarca de la familia conformada por John, Meg, Kevin y Daniel, sus hijos, y su esposa




Distintas caras importantes en el Universo Rayburn, cada una con lo suyo
y cada cual a su tiempo...
Sally, en los tempranos sesentas, y con el correr del tiempo negocio y familia se convierten en referentes, marca ilustre y ciudadanos destacados de la comunidad en la que viven.
Son reconocidos, aportan al progreso y al crecimiento del condado, suman sus trabajos personales al crecimiento y el desarrollo de la comunidad toda. John es policía, Meg es abogada, Kevin maneja un negocio de mantenimiento de yates en la Marina y Sally y Robert se dedican a la posada.
Luz , Oscuridad y Belleza al mismo tiempo y en el mismo lugar...
John esta casado y tiene dos hermosos hijos. Meg esta en vías de formalizar su relación de un tiempo con Marco Diaz, un apuesto latino y colega de John en la fuerza policial. Kevin esta encontrando su camino junto a su esposa Belle; tienen algunos altibajos, pero la pelean fieles al precepto que los mantiene unidos como familia: juntos somos fuertes, solos no somos nada.
Y entonces aparece el bueno de Danny... La "oveja negra" de la familia, el hermano descarriado, el menos formal y comprometido que eligió un camino lejos de la familia y no precisamente prometedor, como parece que hicieran sus hermanos...
Pero Danny no llega ni de casualidad ni sin un buen motivo. El punto es que los demás no lo saben.

Marco Diaz, un buen policia...

Una de las historias de Danny que traerá tela para cortar
Y para el espectador, que es el que menos datos tiene de todo, será incómodo hasta el agotamiento ver a este señor maduro, un poco avejentado y de aspecto repelente, moverse con tanta provocación entre los honorables miembros de la familia a la cual, mal que les pese, pertenece.
Y es precisamente allí donde radica el centro de la acción de "Bloodline", en Danny, en su relación con sus hermanos, en su historia no conocida y en la larga, trágica, y oscura seguidilla de secretos que la familia arrastra y esconde bajo la alfombra de su bien puesta posada, rebosante de
Un chico demasiado parecido a Danny 
calma, paz, y rincones de bella naturaleza cuyas bases están tan podrida como los extensos territorios cubiertos de pantanos allí cerca, al tiro de la mano.
Pero para descubrir eso habrá que sentarse frente a la pantalla y ser capaz de ir entrando en aguas de ensueño, transparentes y cálidas que irán transformándose a un ritmo sostenido en un espeso caldo de cultivo rancio y repugnante.
"Bloodline", como ya se dijo, es una contraposición permanente de luz y sombra y mucho más que eso. Es sórdida, es asfixiante, es negra, cruda, violenta, incómoda, hasta lo insoportable. Pero a la vez es magistral, atrapante, adictiva y de un nivel al que ya con varias producciones Netflix no tiene mal acostumbrados.
Kevin, el hermano menor, otro que se las trae...
Más allá de cualquier ampliación de detalles, comentarios en profundidad o extensas críticas o análisis, lo único que permitirá que se hagan una idea cabal de lo que es esta serie, es verla de principio a final en las dos temporadas completas que hay disponibles para ver.
Deberán saber que la tercera, tal vez la que resuelva definitivamente los conflictos planteados (o no...), estará disponible recién el año próximo; pero créanme que vale la pena la espera solo por el hecho de disfrutar de una de las mejores series dramáticas vistas en el último tiempo.

No la pierdan de vista. 

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Hemos Visto... "Blood Father" de Mel Gibson




Corto y al pie.
Hemos visto un policial negro simple, básico, de manual... Pero tan bien contado, tan bien actuado y tan bien filmado que es imprescindible verlo, por varios motivos.
Mel Gibson
Uno de ellos, fuerte, obvio, es volver a ver a Gibson en ese tipo de papeles que le sientan a la perfección. Trayendo algo de la locura y la violencia del detective Martin Riggs de la vieja y querida "Arma Mortal", el "viejo" Mel compone a Link, ex alcohólico, ex convicto, ex marido y padre tratando de dar con una hija que, vaya a saber a quien sale, toma por el mal camino y cuando las cosas se ponen feas llama a papá.
Lydia, la hija, se viene escapando de gente a la cual el padre conoce bien y que no les da tiempo para nada; ni siquiera para darse un abrazo y reparar viejas culpas. Los escopetazos empiezan de un momento a otro y entonces la crisis padre hija se convierte en una huida desesperada, angustiante, opresiva.
A cada paso sabemos que no hay muchos lugares donde ocultarse; no hay mucho con que negociar y
Erin y Mel, padre e hija huyendo.
menos razonar con esta gente, pero a pesar de ello seguimos corriendo y empujando para que padre e hija puedan romper el círculo y salir de ese corral de violencia y decadencia para aspirar a enderezarse y volver a empezar.
Tanto el planteo, como el guión y el desarrollo de la acción están armados como de manual pero con tanta prolijidad y oficio que no se nota, y la película se convierte en enorme.
Erin Moriarty
Brutal, violenta, amarga, triste, "Blood Father" tiene todos los condimentos del viejo y clásico cine negro: sentencia de muerte, persecución, cacería y una complicada y sórdida galería de personajes que van desfilando a lo largo del recorrido que Link y Lydia hacen en su huida.
Vale la pena verla; tal vez hasta valga la pena verla y guardarla para volver sobre ella un tiempo después y ver en que se convierte. No creo, en lo personal, que se convierta en un clásico; pero quien sabe... tal vez entre la presencia de Gibson y lo bien armado de sus personajes periféricos puede que quede en los anales del recuerdo de los fanáticos de éste género poco cultivado.
Katalina Parrish

Erin Moriarty
Mel Gibson, como dijimos, juega al torturado Link. Erin Moriarty, una joven actriz de 22 años a quien ya hemos visto en series como "Jessica Jones", "True Detective" y "La Ley y El Orden" y en los filmes "The Watch", "The Kings of Summer" y "After The Dark", compone una contradictoria y sorprendente Lydia, siempre segura y dando muy bien la talla. Sobre todo cuando por momentos nos hace sentir que es una pobre niña, víctima del entorno que se la va a deglutir en un segundo, y al instante siguiente es capaz de seducir a un grupo de bestiales motoqueros para conseguir información sin que le toquen un pelo.
Acompañando y brillando, como siempre lo hace no importa si esta mucho o poco en pantalla, William H. Macey es Kirby, el fiel amigo de Link y el mexicano Diego Luna, el gangster de turno que secundado por una banda pequeña pero fiera de sádicos asesinos, busca darle caza a Link y a su hija. Dentro de esa banda, importante destacar al killer encarnado por Raoul Max Trujillo, otro mexicano como Luna, pero descendiente de pueblos originarios, mezcla de apaches, comanches y tlascalanos, cuya herencia genética le da una presencia sumamente perturbadora y particular acentuada por unos tatuajes que meten miedo.


Por último, hay una rubia que pasa frente a la cámara solo un par de minutos pero que se las trae y deja huella, Katalina Parrish, la mujer del sheriff en "The Ridiculous 6" y que espera su oportunidad para jugar un papel de mayor relevancia en cualquier momento.
Por último, Jean Francois Richet la dirige, Peter Craig y Andrea Berloff son los responsables del guión. Peter es el autor de la novela sobre la cual esta basado el guión.

Insisto: para no dejarla pasar.


William H. Macey

Diego Luna
Raoul Trujillo, El Killer

sábado, 3 de septiembre de 2016

¿Cómo Se Hizo "Tiburón" ("Jaws"-1975)? Parte 1






De igual manera que el tiburón es capaz de detectar sangre a kilómetros de distancia, algunos productores de Hollywood pueden "oler" los negocios aún desde mucho más lejos...
Ese era el caso de la dupla Zanuck - Brown, productores estrella en los finales de los años sesenta y principios de los setenta, con una serie de éxitos hilvanados en su sedal.
Esta pareja no solo tenía influencias en el mundo del cine; gracias a sus contactos en el mundo editorial eran capaces de detectar un buen libro con futuro de film, y eso fue precisamente lo que ocurrió con el manuscrito de un novato, llamado Peter Benchley, cuando solo era una gruesa de hojas mecanografiadas que ni siquiera habían pasado una primera revisión editorial.


Conjugando dos aspectos de su éxito:
la edición del filme y la lectura de su novela. 
El origen real y preciso de "Tiburón" se ubica en junio de 1971; en ese tiempo Benchley, un cronista reconocido por sus aportes de notas sobre temas marinos a la National Geographic Society, envía un bosquejo de cuatro páginas a una editorial donde reflejaba la historia de una futura novela. Esas cuatro páginas contenían los lineamientos generales de la historia, suficientes como para que un editor se interesara y pusiera en marcha la maquinaria que derivaría en la firma de un contrato entre Doubleday (la editora) y el escritor. Hacia mediados de abril del año siguiente, Benchley se comprometía a entregar cuatro capítulos del libro por lo que percibiría un pago de 1.000 Dólares, a cuenta de futuros honorarios, en caso de que la editora decidiera quedarse con el libro.
La presentación prosperó y el libro completo fue aceptado por la editora en enero de 1973, asignándole de paso su título definitivo que el mundo conocería y consagraría: "Jaws".



Dos de las tantas cubiertas que el libro obtuvo en sus ediciones alrededor el mundo

Su traducción literal es "Mandíbulas", un concepto claro en sociedades de habla inglesa, pero en las de habla española se decidió que el nombre más adecuado sería "Tiburón". Simple, sencillo, directo. Todos sabrían de que se trataba.
A ese punto de entrega, Benchley solo había percibido como sueldo total por todo el trabajo de redacción unos 7.500 dólares y cuenta la leyenda que para ese momento, y habiendo invertido la mayor parte de su tiempo del último año en escribir la novela, su horizonte laboral y económico no era promisorio.
Edición italiana de la novela
Estaba a punto de aceptar un trabajo a tiempo completo para Nat Geo, dado que su cuenta bancaria tenía solo 600 dólares de saldo, cuando la Diosa Fortuna, como en los cuentos de niños, vino a cambiar todo de golpe de la noche a la mañana...
La editorial decidió ir para adelante con el proyecto y salir a la venta con el libro en vista del interés que había despertado luego de un discreto pero efectivo sondeo. Por tanto esto, pusieron delante de Benchley un contrato que certificaba que el monto a cobrar por los derechos de autor, con su obra una vez en la calle, se establecía ahora en la friolera de ¡575.000 dólares!
Nada mal para una primera novela y algo absolutamente absurdo de pensar hoy.  A un escritor novato los editores ni siquiera lo leen, salvo que sea presentado por alguien de la industria que dé garantía de venta y comercialización.
Dos de las más famosas versiones de cubierta.
La superior, de edición en ingles, la inferior la presentación
más clásica que Pomaire hizo en Argentina, sobre todo de su
edición de bolsillo. Ésta fue la que conocí primero, en 1974,
antes de tener mi propio ejemplar a comienzos de 1977.



Toda esa comedia estúpida de escritores creando best sellers camino al trabajo o fantasías como la de la autora de Harry Potter escribiendo el libro del mago yendo en tren camino a buscar trabajo, es pura basura. 
Gran parte de estos "engaños" son responsabilidad de los editores para hacer más interesante aún el producto que, a priori, ya tienen perfectamente testeado y probado en el mercado, antes de que nadie mueva un dedo... Reflexión aparte y volviendo a la historia.
Por último, una interesante vuelta de tuerca une el final con el principio de la nota.

Los contactos de la dupla productora en el mundo editorial los alertaron, atentos a prestar oídos a historias interesantes. En Nueva York se había generado revuelo en el círculo editorial debido a una historia acerca de un tiburón que decide alimentarse cerca de las costas de una localidad veraniega del noreste del país. Ese era el comentario. Nada más.
Entonces, como hacen los tiburones frente a una potencial presa, ambos ejecutivos decidieron empezar a nadar en círculos alrededor de los editores, buscando identificar al libro y a su autor para ser los primeros en dar el mordisco, en caso de que decidieran comprar los derechos para una futura película.
Después de todo, parecía una historia  con todas las características de un potencial éxito...


¿Quiénes Diablos Son Zanuck y Brown?


Un joven Steven Spielberg queda en medio de su dos mecenas cinematográficos,
artífices de su primer gran éxito de su larga carrera como realizador.
Atrás, de gorra y lentes oscuros, David Brown. Aquí junto al director, Richard Zanuck
observando atento algo que Spielberg le marca.
Richard Zanuck (1934-2012) y David Brown (1916-2010) son dos "golden boys" dilectos de Hollywood. 
El primero es hijo de uno de los grandes ejecutivos iconos de los Años Dorados de la Meca del Cine, el legendario Darryl F. Zanuck. Ambos, padre e hijo, han sido artífices principales del desarrollo del negocio del cine durante el Siglo XX.
El segundo hizo solo un camino notable en la industria cinematográfica, a partir de su conocimiento acerca de un par de factores básicos y fundamentales en ella: la publicidad y el negocio editorial.


Letrero que adornaba el sitio de producción unicado en la locación de Martha´s Vineyard

Brown estaba casado con Helen Gurley, editora histórica de la revista "Cosmopólitan", un magazine femenino que lleva más de un siglo en la calle y que comenzó como un negocio familiar para luego expandirse hasta convertirse en una de las publicaciones a nivel mundial que marcaban tendencia en el mundo femenino.
En momentos en que Helen llevaba las riendas de "Cosmo" (como se la conocía usualmente) se hablaba de "La Era Helen Gurley" citando uno de los momentos de mayor éxito y penetración mundial de la publicación. A partir de ésto, David tenía acceso directo e información privilegiada de todo lo referido al mundo editorial y de la creación literaria, uno de las secciones fuertes que contenía la revista.

Históricamente, solo con variantes de color, éste era el logo que identificaba a las
producciones de la dupla.


La dupla Zanuck - Brown es la responsable de una larga lista de clásicos éxitos en la historia de Hollywood: "La Novicia Rebelde", "Patton", "Contacto en Francia" y "El Golpe", con Paul Newman y Robert Redford a la cabeza, son solo algunas de las tantas películas detrás de las cuales estuvieron.
Y ahora iban por una de sus más difíciles empresas al pretender convertir a "Tiburón" de novela a filme.
Para cuando el libro aún estaba en pruebas de galera, Benchley sumó a los 575.000 dólares cobrados en concepto de derechos de autor otros ... ¡400.000! obtenidos del trato firmado con los productores al cederles los derechos de filmación... ¡de un libro que aún no había visto la calle!
Y había más... autor y productores arreglaron que el escritor también se haga cargo del guión del futuro filme, por lo cual facturaría otros 150.000 dólares que a la postre, con reescrituras y accidentes de por medio se convirtieron en 250.000... ¿Van sumando? Nada mal para un novato ¿No?

Seguiremos el camino (arduo y duro por cierto) que desandaron quienes se embarcaron en esta magnífica aventura en sucesivas notas, y veremos entonces que pasó desde que un escritor cerró una historia frente a su máquina de escribir hasta que sentados en el cine escuchamos los repetitivos acordes de la música que no presagiaba nada bueno...

Insisto, nada mal para un "novato"... ¿No?