domingo, 16 de agosto de 2015

Hace Mucho Que No Escribo... (Aquí)


 

De Cómo Se Gestó La Cosa...




Las alturas que rodean a Puerto Pirámides marcan el inicio de la exploración de ese día.

Hace rato que no escribo nada de lo que usualmente se ve aquí. No obstante eso, sí he estado escribiendo. Siempre lo hago.
En realidad, nunca dejo de escribir. Lo que cambia es el hecho de hacerlo de manera privada, para mí, más personal, más íntimo...

Los que recorren este humilde sitio a menudo, recordaran la mística experiencia de conocer a uno de mis ídolos de mis años adolescentes, lo cual derivó en una situación muy curiosa... (ver http://bit.ly/149aWkw "Como Superhéroe..." y http://bit.ly/1gMKHad "Hemos Leído...")

A principios de éste 2015, en una de las tantas charlas epistolares mantenidas con Mr. Collins, el célebre autor de historietas me desafía arrojándome un guante al rostro... "¿Se anima a escribir una novela negra?" Pregunta...
Yo, desconocedor absoluto del género e inconsciente literario, respondo que sí, por supuesto, cómo no me voy a animar... 
"Bueno" me dice paciente el buen hombre "... pues hay un concurso muy interesante donde debería presentarse y participar..." Y así fue como empezó la interesante aventura de escribir, prácticamente por encargo, una novela negra en sesenta días.

El desafío fue arrojado sobre la mesa por la primera quincena de enero. Por el veinte de ese mes yo tenía raleado el trabajo y pude dedicarle unos días al bosquejo de la idea y arrancar desde un primer planteo, que fue mutando con el correr del tiempo. 
Lo que vino después, como la mayoría de las veces ocurre en esto, fue mágico:  la novela cobró vida propia y empezó a moverse per se, a ir hacia donde le parecía. Lo único que yo hacía era seguirla y relatar lo sucedido.
Así se acumularon las páginas y un grupo sumó otro y así se formaron capítulos y los capítulos formaron una trama, que a su vez se pulió convirtiéndose en una historia con continuidad, para terminar teniendo cohesión y formando un todo llamado novela.
"Operation Sea Wolf (Las Mujeres No Eligen Perdedores)" fue el nombre con que quedó bautizada.

El trabajo comenzó en una casa de Olivos, mientras oficiaba de casero a medio tiempo, y terminó de ver la luz en una apacible cabaña de Puerto Pirámides, mientras un viento sur endemoniado empujaba el mar sobre el pueblo y amenazaba con acercar a éste varios kilómetros a Puerto Madryn.
De hecho, el final de la novela transcurre allí y algunos de sus pobladores son protagonistas de ficción, sacados de la realidad. Pequeños permisos que el escritor se toma cuando algunos seres caen en sus intrincadas redes de sociabilidad...


Travesía por las dunas y el desierto que separa a Pirámides de Pardelas, un lugar de ensueño...



"Operation Sea Wolf" En Marcha



Hacía tiempo que planeaba unas vacaciones en Pirámides, aislado del mundo y dedicado por entero a solo dos cosas: caminar explorando los alrededores y bucear.
El tema es que tenía una novela a medio cocer entre manos y que debía entregar a fines de marzo, una semana después de volver de mi viaje. No hubo opción.
Adelanté todo lo que me salió durante el mes de febrero y con medio libro escrito y sin idea clara de cómo seguía o dónde terminaba, me lo llevé conmigo y lo seguí trabajando durante las tres semanas que estuve en Pirámides.
La rutina era cada día la misma: levantada temprana, con los primeros rayos de sol, consultar el clima mientras pasaba el mate, partida para el lugar elegido alrededor de las ocho con el equipo de buceo al hombro y perderse en el mar hasta que se emprendía la vuelta a eso de las seis y media, siete de la tarde. Ducha y limpieza de equipo y luego sí, un capítulo o al menos medio por noche mientras alternábamos con la patrona los quehaceres culinarios. El Cinzano Rosso combinado con jugo de pomelo amenizaba la creación y la cocina diaria, a base de frutos de mar, nos contenía y daba ánimos y nuevas ideas...

Para el momento de volver, "Operation..." estaba terminada y con la primer corrección hecha, gracias a los oficios de mi esposa, mi lectora inteligente, que había colaborado y trabajado a la par, leyendo y corrigiendo cada detalle de la historia.
El resto fue orden. Una semana antes de la entrega chequear el manuscrito final, ordenarlo, registrarlo, imprimirlo y entregarlo para que sea lo que Dios quiera... Como siempre es.


No gané el concurso. 
Ni siquiera estuve entre los primeros seleccionados. 
Pero la moraleja de la historia, como dijo mi mentor, es que saqué chapa de oficio de escritor. 
Fui capaz de escribir una buena historia, también a su crítico juicio, en un tiempo limitado, cumpliendo con las pautas impuestas y cerrando una historia fuera de los límites en los que usualmente me muevo. 
Transité con éxito, según él, un terreno que me era desconocido... Y salí airoso, también según su autorizado criterio.
Ahora la criatura, con forma de libro, discurre sus días pasando por algunas manos que están viendo si cosecha agrado como para editarse...


Buscando la historia en aguas cercanas a Pardelas... Una experiencia sobrenatural
que experimento desde hace casi cuarenta años...



Un Final... ¿Feliz?


La nota del domingo del diario "La Nación" (http://bit.ly/1ITNxEa) me llamó la atención. 
"Cómo ser un Escritor Conocido: Manual Para Recién Llegados" se llama; no terminé de leerla que me vine aquí a escribir esto.
¿Con que objetivo? compartir con quienes frecuentan el sitio mi novela... A ver que respuesta obtengo; a ver que cosecho...

La historia empieza en 1975, cuando un hombre solitario se adentra en el mar desde las costas patagónicas con una misteriosa caja de acero que carga en un pequeño barco de madera.
Cuarenta años después un hombre de negocios, argentino de ascendencia alemana, y una científica francesa contactan a un grupo de buzos locales en Buenos Aires para dar con el paradero de esa misma caja. Lo que los buzos no saben es que a partir del momento en que entran en el juego de la búsqueda, nada será lo que parece y las sorpresas saltarán a su encuentro a cada paso hasta descubrir el increíble secreto que la caja esconde.
En el medio, los servicios secretos alemanes, la CIA, el Mossad, empresarios locales y hasta servicios propios, sumados a una desconocida unidad de inteligencia nacional, empiezan a moverse alrededor de los buzos sin que éstos sospechen lo que se cuece entre bambalinas, a espaldas de la expedición. Como si todo esto fuera poco, la sombra de nazis escapados de Europa al término de la Segunda Guerra Mundial, acaba de ponerle marco a la cacería que termina en aguas de la Isla de los Pájaros, un paraje en Península de Valdez que supo visitar Antoine de Saint Exupery...


Veremos con el tiempo, que opinión le merece a los lectores el trabajo realizado...
En breve los primeros capítulos.
Hasta entonces y como siempre... Por leer, gracias, gracias, gracias.



Atardecer en Pardelas... El final de un día lleno de naturaleza y magia.

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