miércoles, 9 de septiembre de 2015

Operation Sea Wolf - El Libro / Entrega 3




2-



La lluvia llevó alivio a la ciudad cuyo cemento hervía. Randale miraba desde la altura de la ventana de la habitación, como el agua caía sobre los techos de los vehículos. Miles de líneas rápidas que se sucedían una tras otra para alcanzar veloces el suelo. Recordó el camino que las trazadoras marcan en la oscuridad.
La habitación tenía una mesa redonda y dos sillas bastante cómodas donde eventualmente se podía trabajar. Binder había puesto sobre ella una cantidad de papeles que Randale había estado mirando sin decidir aún que hacer.
En principio, el acuerdo de subir a revisar la documentación que tenía enfrente se basaba en un pago efectivo de diez mil dólares que Binder le tiró por la cabeza abajo en el lobby, luego de revelarle el motivo del contacto.
Allí abajo, Binder había sacado un sobre rectangular del bolsillo. El papel era perlado y tenía un gramaje importante. Iba cerrado por uno de los lados más cortos.
Se lo pasó al irlandés a través de la mesa y lo dejó frente a él. Randale lo abrió sin dejar de prestar atención al hombre de ojos claros y sonrisa fácil. Echó mano al sobre y dio una ojeada al interior. Asomó mínimamente tres billetes al azar para ver y tocar.
- ¿Perdón?
- Aunque sea acepte revisar la documentación. Esos serían sus honorarios. Los archivos están arriba, en mi habitación.
Y Randale entró en el juego. Manso… Inocente.
- Binder ¿Quién lo banca? - Cerró el sobre, lo apoyó sobre el vidrio de la mesa y lo deslizó devolviéndolo.
- Que importa eso - Retrucó sin dejar de sonreír - Como dicen los yanquis “just bussines” mi amigo.
- No soy su amigo y ésta situación empieza a rayarme. No lo tome a mal pero… No lo conozco, aparece manejándose como si fuésemos íntimos, saca un plumero de verdes para hipnotizarme… Usted no me necesita a mí. Usted necesita un explorador de la National Geographic.
- Necesito a alguien que sepa defenderse, en caso de que “alguien” pretenda no permitirme llegar a donde quiero.
Lo dijo serio y frío. Randale ya había visto una muestra de eso. Le clavó la mirada al irlandés, manos sobre los apoyabrazos, piernas separadas, cuerpo hacia adelante. El hombre atacaba.
- Necesito a alguien que accione la cola de un disparador sin dudar. Y usted “Irlandés”, tiene buena experiencia en eso.
Importante par de datos revelados que pertenecían a lo más privado y particular, secreto podía decirse, de su vida.
Definitivamente a Randale se le estaban volando los pájaros. Cabían dos posibilidades: que “El Toro” hubiese hablado de más, cosa que Randale dudaba, o que alguien le haya vendido información a este payaso. Que él supiera, no existía un legajo suyo en ninguna parte. Aunque había que empezar a reconsiderar esa cuestión.
- Lo que acabo de escuchar me irrita y me preocupa.
- Sí, es entendible.
- ¿Entonces?
- Entonces que los… “inversores” para los que trabajo creen en una aproximación frontal, coercitiva, yo creo más en las asociaciones colaborativas.
Randale se quedó callado evaluando la situación. Si se paraba y se iba, tenía la sensación de que iba a ser mucho más perjudicial que si trataba de resolver ahora mismo la situación. De todas formas, ninguna de las dos le conformaba.
- ¿Quién le habló de mí?
- Un par de personas. Lo tienen en alta estima por lo que entendí.
- ¿Y cómo sabe que no le mintieron?
Sonrió seguro de lo que tenía en la mano.
- Es gente seria, usted lo sabe, y hay pruebas que demuestran su capacidad. ¿Creyó que armando una fachada legal, pagando sus impuestos y llevando una vida discreta puede desentenderse de su pasado? Está completamente equivocado. Claro que entiendo - continuó después de ver que Randale lo observaba en silencio - la decisión de volver e instalarse aquí. Este país es un manto de niebla, cualquier cosa se puede ocultar debajo de él. Ya lo hicieron otros antes. Desde 1945 en adelante; siempre hubo un amigo dispuesto a dar una mano.
Subió un punto más el nivel de intimidad de la charla. Le habló confidente, casi en un susurro; esto ya se parecía a la danza que el macho hace alrededor de la hembra previo a copular feroces para prolongar la especie.
- A ver Randale, esto es simple. Usted acepta un trabajo por el que va a cobrar muy buenos dividendos. Hace lo que sabe, teniendo un ojo atento a cualquier complicación, y cada uno sigue por su lado. Y lo más importante: nadie le refriega una carpeta con información en la cara. Como le dije, “just bussines”.
- Y tengo que creer que la mención a cierta información sobre mi pasado va a ser olvidada automáticamente…
- “Vivir y dejar vivir” es el lema. No somos chantajistas baratos mi amigo, no nos dedicamos a eso. Eventualmente, en caso de tomarla contra usted o cualquier otro, es más fácil “cortarlo” o hacer que su propia gente le caiga encima.
Ahora Binder empezaba a utilizar vocabulario específico. En la jerga que pertenecía a los servicios de inteligencia, “cortar” significaba matar, lisa y llanamente. Con lo otro se refería a complicar la situación con alguna causa armada de la que difícilmente uno saliera entero.
- Podemos decir que estoy apretado entonces…
- No, no, no - exclamó entre preocupado y ofendido el otro - No me mal interprete. El dato que dejé caer me lo pusieron en la mano por si era necesario. Insisto, yo creo en el consenso. Acepte el trabajo… Por favor; va a ser mejor para ambas partes ¿no lo ve así?
No había mucho para elegir. Si se iba por la puerta y le daba la espalda a Binder ahora, no sabía que le podía caer encima después. Si aceptaba la oferta, en cambio, siempre podría devolver el golpe si la cosa se complicaba. Él también contaba con recursos para neutralizar al tipo sin mancharse las manos. El problema más serio vendría después, con quienes aparecieran detrás de él…

Y así fue como se embolsó de nuevo el sobre y aceptó subir a la habitación con Binder.
Los papeles y carpetas que había sobre la mesa pertenecían a archivos diversos, todos antiguos y redactados en lenguaje muy técnico y con expresiones que denotaban haber sido escritos en otros tiempos. Había papeles escritos en alemán, en inglés, en portugués y en italiano.
Algunos llevaban la marca de agua del águila con alas extendidas, llevando entre sus garras la corona de hojas de roble que contenía la cruz gamada. Otros mostraban un círculo con la leyenda “Fascismo e Libertá”, enmarcando un fasces romano, una especie de mazo de grueso tronco que llevaba adosado una hoja de hacha. Era uno de los distintivos del régimen de Mussolini en la Italia de la Segunda Guerra.
- Esta es parte de la documentación que nos trajo a entender que lo que buscamos está aquí en el sur.
- Y que sería…
- En lo que a usted concierne solo una caja. Una caja que debe estar metida en un compartimento en la quilla del submarino hundido.
- Para empezar a ponerle un poco de orden a todo esto. Primero y fundamental ¿Tiene la ubicación exacta de lo que busca o solo suposiciones?
- Tengo el dato que durante años mal interpretaron quienes intentaron localizarlo hasta ahora y tengo la respuesta a ese error. No conozco la ubicación exacta, pero sé dónde buscar.
- ¿Alguna idea de a qué profundidad está?
- No más allá de los treinta o cuarenta metros.
- Treinta es una cosa y cuarenta otra.
- Me refiero a que no está perdido en las profundidades. La nave no se hundió por accidente. La hundió la tripulación luego de evacuarla. Hay constancias muy precisas de ello.
- Quiere decir que voluntariamente eligieron un lugar cerca de la costa, desde donde la tripulación se pudo poner a salvo y, a la vez, depositar el submarino eligiendo también el lugar donde se hundiría.
- Así es.
- ¿Cuándo fue eso?
- Agosto, septiembre de 1945.
- Hay documentación en el Museo de Submarinos de Mar del Plata respecto a eso. Hubo mucho revuelo con varios avistajes que se produjeron en la zona ¿Sabía eso?
- Sí. Como también sé que en 1998 la Armada montó un operativo del que participaron un rastreador, un par de aviones de la escuadrilla de operaciones anti submarinas y cantidad de buzos, pero o no encontraron nada o se lo callaron. De todas formas, no hubo comunicación oficial sobre el resultado de la búsqueda.
- Concretamente ¿Con qué información cuenta usted que pueda ser de utilidad y certificada?
- El servicio secreto de la marina alemana, el Abwehr, lanzó un plan de evacuación cuando supieron que la guerra estaba perdida. La marina tenía bases de submarinos tanto en Noruega como en Francia. Las noruegas eran más difíciles de utilizar por el clima; pero cuando Francia fue recuperada por los aliados, no les quedó otra que volver allí.
- Aunque haya sido por poco tiempo.
- Correcto. Ahí es donde empezaron a ejecutar el operativo que tenían guardado. Éste consistía en reunir una flotilla de submarinos en la base que aún tenían funcionando en Noruega. Éstos serían cargados con documentación, materiales y personas y se despacharían con la intención de llegar a las costas patagónicas argentinas. Aparentemente unos once se reunieron y solo dos llegaron a la altura de Mar del Plata. Aunque las constataciones que hay del caso fueron deliberadamente manipuladas.
- ¿Para qué?
- No es el “para que” lo que importa sino el “por qué”. La Marina de Guerra Argentina pretendía quedarse con los navíos y con la tripulación para aprovechar el material y la información para el desarrollo de su propia fuerza. Obviamente que la presión de los aliados impidió eso. Pero no se sabe si antes de entregar lo que entregaron no se “perdieron” cosas.
- ¿Por ejemplo?
- Gente, armas, dinero, documentos… Se cree que, primero, no eran dos sino tres los submarinos que llegaron en esa ocasión. El U-530 y el U-977 pudieron estar acompañados de un tercer navío. Mientras los dos primeros se rendían, el tercero se fugaba con lo que los otros dos pudieron aportarle. Éste es el que buscamos.
- Pero para estas alturas, en caso de encontrar los restos, no creo que haya nada en muy buen estado de recuperación después de casi setenta años ¿Sabe lo que el mar hace con las cosas que se engulle?
- Lo que nos interesa, seguramente fue embalado cuidando las particularidades del caso.
- Aun no entiendo una cosa ¿Qué sabe o tiene usted de diferente que no tuvieron las expediciones anteriores, las que fracasaron?
- La interpretación correcta de las señales que refirió la tripulación al marcar el lugar de desembarco.
A Randale no pareció hacerle efecto la revelación. Se limitó a un sonoro “Mmm…” y a una fruncida de trompa.
- Es una cuestión de interpretación más que de traducción. Creemos que se interpretó mal una palabra al marcar el lugar donde la tripulación abandonó la nave.
- Notable. Y dígame una cosa… ¿Habrá alguien más acorde con quien pueda hablar de manera más… técnica respecto al tema?
Binder sonrió y se restregó las manos.
- ¿Significa eso que acepta el trabajo, entonces?
- No lo festeje. No tengo mucha opción y tampoco me da la impresión de que con eso me salgo del brete. Pero por ahora es lo único que tengo.
- ¡Excelente, excelente! - se acercó a Randale y le tomó la diestra entre sus manos estrechando un apretón - Le garantizo personalmente que acaba de cerrar un trato formal en el que no se mezclarán cuestiones personales con cuestiones profesionales. Cualquier cuestión que pueda parecerle coercitiva queda fuera de toda discusión. Insisto, se lo garantizo personalmente.
- Ok lo tomo como única garantía.
- Excelente. Ahora los detalles. Por donde quiere empezar ¿Honorarios, logística, equipos?
- Condiciones.
- ¿Por ejemplo?
- Tengo mi equipo de trabajo. No trabajo con nadie más que con ellos.
- Entiendo. No tengo objeción en ello. Solo voy a exigirle que le haga lugar a alguien de mi confianza para que esté a su lado.
- No hay lugar para principiantes, créame. Y no los tolero bajo ningún punto de vista.
- No es principiante ni amateur. Se trata de un profesional en el campo de la arqueología submarina. Buzo y científico.
- ¿Y qué espera que haga con él si las cosas se ponen calientes? ¿O acaso no arrancó haciendo esa salvedad?
- No me importa el detalle. Mientras cumpla con la parte que le toca, si se convierte en un “daño colateral” no es mi problema ni el suyo.
- Ya veo… Y según usted es necesario incluirlo.
- Indispensable. Es quien colaborará con la ubicación y certificará que lo que buscamos sea auténtico.
- Mierda… - Masculló el irlandés por lo bajo.
- No se queje hombre. Piense que ni siquiera le impugné a su gente ¿De cuántos hablamos?
- Dos colaboradores.
- ¿Dos? ¿Nada más? ¡Pensé que hablábamos de una banda de diez o quince tipos! No hay problema hombre ¿Qué más?
- ¿De qué hablamos en cuanto a tiempos? ¿Dónde está su experto? ¿Cuándo pretende hacerlo? ¿Cuándo podemos empezar? Todavía no hablamos de honorarios. Creo que vamos a estar un largo rato ocupándonos de detalles.
- Seguro. Pero por partes. La idea es montar la operación en este momento. A partir de ahora y en el menor tiempo de ejecución posible. Estamos en una época del año favorable. Buen clima y movimiento de gente. Cualquier cosa que hagamos estará dentro de un tránsito de turistas que van y vuelven de sus vacaciones. Nos plegaremos a esa corriente que nos ayudará a pasar desapercibidos. Recuerde que quiero discreción en todo momento y bajo toda circunstancia. Y quiero poner en marcha la operación ahora mismo.
- Estoy de acuerdo. Además prefiero evitar meterme al agua en el sur después de abril.
- Bien. Por mi parte estoy en condiciones de resolver dos puntos en este mismo momento. El primero, sus honorarios ¿Cómo se maneja?
- El valor real del trabajo dividido en dos partes. El treinta por ciento depositado como cualquier pago en una cuenta local, para poder justificar impuestos y facturación. El setenta restante en una cuenta en el extranjero con todas las garantías del caso.
- Hecho ¿Qué más?
- El pago es limpio en concepto de honorarios profesionales. No gasto un centavo en nada que insuma recursos por movilidad, equipos, personal, traslados o cualquier otra erogación que aparezca.
- Entiendo. Los costos corren por mi cuenta. Hecho.
- Si necesito equipo adicional, lo provee usted. Después se ve quien se lo queda.
- De acuerdo.
- Ahora solo resta ponerse de acuerdo en el número.
- Pues piénselo mientras le presento a quien va a acompañarlo.
- ¿Está aquí?
- Un piso más abajo. Ya vuelvo.

Y entonces Randale se dedicó a prestarle atención a un par de detalles importantes de los que debía ocuparse.

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