Quantum of Solace – (Parte 1)
Bond obtiene su documento de identidad.
De lo general a lo particular
Después de dos semanas leyendo las más variadas y dispares críticas acerca de la nueva película Bond “Quantum of Solace”, por estos días pude por fin analizarla con ojos propios.
Como me gusta en general escribir, en particular hablar de cine y en lo específico sumergirme en el Mundo Bond, aviso que la extensión de la crítica será notable. Trataré de abordarla de una manera ordenada en lo posible, pero no puedo prometer nada. Quienes son consumidos por algún tipo de pasión saben que una vez lanzados a su ruedo las cosas terminan saliendo más de panza que por razón. Así que a disfrutar más y a pensar menos; hemos esperado tanto este estreno (y lo que habrá que dejar pasar hasta el siguiente) que solo dejaré de escribir cuando me sienta satisfecho. Espero que ustedes disfruten tanto como yo de hablar del tema que más nos gusta: del buen Bond, James Bond.
En líneas generales, mi opinión respecto al filme está repartida respecto de las críticas que he leído. Digamos que en un cincuenta por ciento estoy de acuerdo con lo que elogian y con lo que critican y en el otro cincuenta no. Me dí cuenta además, que ésta película no me generó el mismo efecto que las demás, las que religiosamente he presenciado en el día de su estreno o lo más cerca posible de él. Esto no significa que no haya sido de mi agrado. Lo fue, absolutamente. Aunque reconozca que me llegó diferente a partir de ser conciente de que algo está cambiando en el Mundo Bond.
Decididamente estamos frente a la mutación más importante en la historia de la saga y eso no es gratis ni fácil, sobre todo si aún en el cambio se quiere seguir siendo fiel a ciertos códigos.
Como debe ser, en todo proceso que se precie de serio, para hacer el paso prolijo e indoloro la cosa debe ir por etapas. Hasta ahora, las vueltas de tuerca dadas en éste, son correctas, justas. Y coincido con los productores cuando hablan de tomarse su tiempo para pensar y arrancar con Bond 23 dentro de unos meses. De seguro alcanzarán a llegar bien de tiempo para volver por los fueros en noviembre de 2010; pero con calma.
Además habrá que ver varias veces “Quantum” para terminar de digerir el nuevo aspecto, el nuevo formato en el que ahora (y a partir de “Casino”) vamos a consumir el Mundo Bond y a su Primer Ciudadano. Así que a ajustarse los cinturones que el tren arranca. Y este no es el Expreso de Oriente. Empezaremos a descender en espiral para primero poder observar el conjunto y luego prestar atención a los detalles.
Lo general
Sin poder con mi genio, el primer análisis del filme lo empecé a hacer ni bien inicié el camino de regreso a casa. Me plantee un rápido ping-pong de preguntas y respuestas a fin de ver que era lo primero que me venía a la mente, que me surgía; que opiniones instantáneas, viscerales, aparecían sin el filtro de racionalidad y lógica que vendría después. Y salieron éstas:
¿Me gustó la película?
SI.
SI.
¿Me conformó?
SI.
¿Cuál fue la primera impresión al terminar de verla?
Tuve que recordarme en algunos momentos que estaba viendo un filme Bond.
¿Volvería a verla?
Obvio, varias veces.
¿Qué suma más, puntos flojos o fuertes?
Fuertes. A favor de hacer más sólida la historia de fondo. El traspaso. Bond cambia de manos y la transición se está haciendo de manera adecuada, firme.
¿Cuántos puntos flojos o críticas puntuales tengo para señalar?
Tres o cuatro, a primera vista y en el primer vistazo, en lo grueso.
¿Craig?
Bien. Deberá dejar de ser tan estático en lo gestual. Para la primera estuvo bien. Para la segunda, es suficiente. Un poco más de expresividad demostrará que está vivo. De lo contrario Bond quedará solo en una máscara sin personalidad detrás, sin vida.
¿Villano?
Neutro. Parece despegar en algún momento, pero no termina de hacerlo. Hasta me cuesta recordar su nombre.
¿El matón del villano?
NO EXISTE. ¿Qué quisieron proponer con ese payaso? Una falta de respeto. De él sí, ni registré su nombre.
¿La chica Bond?
Camille no suma ni resta. No le alcanza el mohín o la mirada gatuna. A más de estas laderas, más grande se hacen Ursula, Bárbara o Pussy.
Fields me resultó interesante, lástima que dura lo que un suspiro. Ahí había tela para cortar.
¿La historia?
Bien. Si dejaran la cámara un poco más quieta y fueran menos ambiciosos al momento de retorcer el guión, todo se disfrutaría más. Para quien conoce el universo Bond, en un punto hay que recordar tras qué vamos. Imagínense lo que ocurre con el que se inicia.
Esto es lo general, en la siguiente parte de la nota vendrá la disección de la película.
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