Escuche decir a alguien que las bibliotecas se arman con dos clases de libros: los que se compran y los que no se devuelven.
Siempre fui muy respetuoso de la pertenencia de las cosas, principalmente libros, discos, revistas o cualquier otro elemento similar sobre el que pesaba cierta carga afectiva para su dueño.
Pero debo confesar que una vez cedí a la tentación de quedarme con algo que no era mío.
Era un libro de Stephen King que mi amigo Martín Barracosa me había conseguido como intermediario de un compañero suyo, en la escuela secundaria a la que íbamos.
Yo había terminado de leer "Dracula" en medio del viaje a la frontera que hicimos juntos (ver citas de "Argentino: ¿Marchó Usted a las Fronteras?" en este blog) en noviembre de 1979.
Quedé ávido de sangre y cuando Martín puso en mis manos "Salem´s Lot" de Stephen King, sentí de alguna manera que el espíritu de Ben Mears se me colaba por las rendijas y me arrastraba a la realidad de la historia.El libro que leí en 1979 (foto gentileza de www.todocoleccion.net) igual al que tuve en mis manos |
Tardé mucho tiempo en volver de esa experiencia maravillosa y tardé mucho más en devolver ese libro; gran parte de lo que escribo sigue influenciado por la forma y los detalles de lo que allí se narra.
De hecho, me lo quedé tanto tiempo como demoró el dueño en descubrir a quien se lo había prestado. Nobleza obliga y cuando Martín me lo reclamó se lo devolví sin chistar.
Que podía importarme si total el virus ya estaba inoculado en mi interior. Era mi puerta de entrada al universo mágico y bizarro de un maestro de ingles llamado Stephen King, un tipo que llenaría toneladas de páginas en los siguientes cuarenta años, para gusto y delirio de millones de seguidores alrededor del mundo...
Presentando a Mr. King
Conozco la biografía del Sr. King desde varias vertientes. La mejor es la que narra en su libro "Mientras Escribo", una rareza que todo amante de la escritura, además de los fanáticos y curiosos, debería leer.
Es un ensayo que King escribe a pedido de su editor en el que cuenta por un lado cuales hechos de su vida lo empujaron a convertirse en escritor y por otro como articula su trabajo con el oficio de escribir historias.
En principio, lo que el editor pretendía era que el bueno de Stephen redactar un manual del tipo "Conviértase En Un Escritor de Éxito en Diez Pasos Simples" a lo cual su representado respondió que podía irse a pasear porque él no escribiría tal cosa.
Como en toda negociación las aguas se dividieron a la mitad y lo máximo que aceptó hacer King fue lo dicho, contar que cosas lo influenciaron y que es lo que él hace al momento de escribir. De ahí en más, que cada cual analice lo escrito y lleve lo que le sirva para su estanque...
La historia remonta a 1947 y se fija, curiosamente en el 21 de septiembre de ese año. Stephen Edwin King entra al mundo de los vivos a través de su amada madre, Nellie Ruth.
Y digo curioso porque nada más alejado que King de un día tan significativo para nosotros. Primavera, estudiantes, picnic, noviazgo... Si, ya se; me quedé en el tiempo ¿no? Ok.
Se podría decir hoy desde aquí, sesenta y siete años más tarde, que su vida se divide en el antes y el después de la aceptación de "Carrie" como su primer novela profesional.
La infancia, la adolescencia y la primera etapa de edad adulta no fueron lo esperable de un tipo que revolucionó la literatura fantástica y, mal que le pese a muchos, marcó un hito en la literatura americana y en el negocio editorial alrededor del mundo. Su realidad estaba más cerca de lo que narraría luego en sus historias que de la imagen del triunfador exitoso que muchos imaginan.
King pasó una vida de penurias y sinsabores. Su padre los abandonó a él y compañía a poco de su nacimiento. Mudanzas varias, todas empujadas por la necesidad, cambios de escuela y trabajos a edad temprana fueron una constante. No obstante eso (gran diferencia con nuestros queridos "NiNi", "Ni estudian Ni trabajan") completó sus estudios secundarios y de alguna manera se las arregló para llevar adelante también los universitarios, logrando el titulo docente que lo habilitaría para la enseñanza en 1970.
King en sus años mozos, época de "Carrie" |
Esto no lo exime de seguir trabajando arduo y sin mayor futuro. Es la época de trabajo en la lavandería, el que lo inspiraría para escribir su historia "Graveyard Shift", a la postre más conocida como "Las Tumbas Malditas" en Argentina por el año 1992 o 93.
Para ésta época, y desde que comenzó con el capricho de la escritura, decenas de sus cuentos, notas e historias cortas recorrieron redacciones de las más variadas revistas, muchas de las cuales fueron rechazadas pero algunas otras fueron aceptadas, publicadas y hasta cobrando algunos dólares por ellas.
Con esta portada, y el título "LAs Tumbas Malditas" apareció en VHS en Argentina |
En 1971 Stephen se casa con su novia de la secundaria, Tabitha, y acumula ya cuatro novelas de su autoría. La vida no le sonreía aún. Debía soportar un par de reveses todavía antes de ver la luz como escritor consagrado.
Una de las cosas que más me impresionó conocer de King, fue que varios de los libros que escribió los logró bajo un estado ausente, producto de su adicción al alcohol principalmente.
De hecho su mujer declara que durante el tiempo en que escribió "Carrie" difícilmente se lo encontraba sobrio. Fueron tiempos duros en los que ya había una hija que alimentar y las deudas los empujaron a terminar viviendo en una casa rodante. Cuenta la leyenda que King aporreaba una máquina de escribir sobre una mesa de cama puesta sobre sus piernas para escribir; sin un mínimo de comodidad, borracho, quebrado y acosado por una realidad que luego sería el sello de autor en cada una de sus novelas: la opresión, los fantasmas de la desesperanza, la tortura de sus personajes alejados de todo molde exitista.
Consagración, fama y reconocimiento |
Doubleday era un sello editorial que publicaba material muy similar al que él producía. Cuando lo descubrió decidió enviar un manuscrito al editor a cargo. Pero por esos raros avatares del destino, en vez de recibirlo el destinatario, el manuscrito cayó en manos de un tal Bill Thompson. Éste le hizo reescribir el trabajo varias veces y terminó descartándolo. Muchos años después el trabajo vería la luz con el título "Rage" (Rabia).
Cinco novelas rechazadas después, fue el mismo Thompson el encargado de llamarlo por teléfono para decirle que al fin habían decidido publicarle un título. En ese momento los seis o siete mil dolares anuales que King percibía hacían que su vida fuese miserable; tal vez duplicando esa cifra con la venta de la novela las cosas mejorarían un poco. Cuando empezó a escuchar la noticia, eso era lo que esperaba.
Pero lamentablemente se equivocaba otra vez. Thompson le explicó que el adelanto que la editora le proponía no era de cuatro mil dolares... ¡Sino de cuatrocientos mil!
Tal vez lo más curioso de todo esto es que, en un arranque de ira, el original de ese libro había ido a parar a la basura. Quien lo rescata de allí es Tabitha y es ella la que insiste en que sea enviado al editor.
Pequeños hechos que tuercen o encaminan las historias que vienen luego.
¿Qué hubiese pasado si el manojo de folios hubiese quedado allí en la basura? No lo sabemos. De seguro, nada. Tal vez nadie se hubiese enterado de King y su torturado universo. Lo que si sabemos es lo que pasó.
Y todo gracias al buen criterio de una compañera consciente.
Por favor, hagan un esfuerzo y busquen "Mientras Escribo" y lean de allí el relato en primera persona, hecho por el mismo King. Juro que es imperdible.
En las siguientes entregas me iré ocupando de la segunda etapa en la vida de este curioso artista, cuyos mayores éxitos los generó cuando su mente estaba licuada y orbitando la tierra, fuera de la atmósfera y a miles de kilómetros de velocidad, gracias a los desastres toxicológicos y excesos a los que se rendía.
El bueno de Stephen en la actualidad. "¿Te gustaría que el abuelo te cuente un cuento, nene?" |
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