J.J. entre dos mundos. Pocas veces alguien tuvo en la mano al mismo tiempo el control de dos grandes íconos del cine y la T.V.
La Exploración del Espacio Según J.J.
No voy a ocuparme aquí de la trama de "Star Trek - Into Darkness"; es mucho más interesante analizar el trabajo de J.J. respecto al armado de la propuesta.
Primero, lo dicho, una de las decisiones más inteligentes que ha tomado Abrams es respetar a rajatabla la fórmula original que cimentó el éxito de la serie y el fanatismo de los seguidores.
La elección de los actores es un acierto enorme. Hagan el ejercicio de comparar, personaje por personaje, actor de la serie contra actor del filme: los parecidos, las similitudes, hasta los gestos de unos y otros son notables.
Descubrí a Chris Pine en más de una mirada, una postura, un gesto típico de William Shatner, personificando cada cual a su versión del Capitán Kirk. Y no es que Pine haya copiado a Shatner. Queda mejor decir que lo recrea. A su forma, de una manera misteriosa e increíble, Pine hace ver a Shatner a través de Kirk ¿me hago entender?
Pine no copia, no imita a Shatner; reproduce a través de él mismo, de su cuerpo, al personaje, no al actor. Es como si Kirk fuese un tercero que, habiéndose instalado en el cuerpo de Shatner hace cuarenta años, hoy tomara posesión del de Pine. Notable.
Algo parecido pasa con el Señor Chekov y, en menor medida, con el Dr. "Bones" Mc Coy y el Señor Scotty. Estos últimos tienen brillo propio y algunos puntos de contacto con sus antecesores. Más el primero que el segundo.
Caso aparte es el de Zachary Quinto y Zoe Saldana, en sus papeles de Spock y Uhura, respectivamente. En el caso del hombre de las orejas largas, Quinto hace su propia interpretación de Spock, pero sin siquiera acercarse al modelo de Leonard Nimoy, quien lo encarnara en la serie. Hace una composición propia y más adecuada a la época actual.
Lo mismo cabe para Saldana. Su Uhura es más adecuada a esta época que a la de Michelle Nichols, la actriz que jugara el papel en 1966. Es de armas tomar y pone en su lugar a Spock sin ningún miramiento. En 1966 a la Uhura de Nichols jamás se le hubiese ocurrido retar a Spock delante de Kirk como sí lo hace ahora Saldana. De todas formas, la interpretación de ésta me parece genial.
Fuera de esto, lo otro para rescatar y felicitar es la factura técnica del filme. Muchas veces me he quejado del abuso de efectos por parte de los equipos de filmación en desmedro de las ideas, las historias y los guiones. Eso no pasa en este caso.
Los efectos son impecables, impresionantes, increíblemente realistas. Las luces, los movimientos, las sombras, están logrados de una manera tal que cuando Spock y Uhura tratan de detener a Khan luchando sobre unas máquinas de color rojo, la acción trascurre como si la estuviésemos viendo desde una ventana. Pasan frente a nosotros, giran y siguen de largo, como si pudiésemos extender la mano y tocar la superficie del vehículo que los lleva flotando sobre la ciudad.
El vestuario es impecable. Se lucen en cada detalle y mezclan novedad y tradición de una forma tan sutil que cada uno salta a la vista de manera natural y van intercalándose a lo largo de la historia de forma convincente. El juego para el fanático es irresistible. Puede ver el detalle de la remera de Kirk, que reproduce a la original hasta el detalle, contrapuesta al uniforme del almirante renegado; moderno y novedoso, acabado en un tono azulado con el detalle de los galones que pueden verse sobre sus hombros en un elegante y atenuado color oro.
Las armas que se utilizan a lo largo de todo el filme también son réplicas casi idénticas de las originales de la serie de t.v. obviamente con las licencias del caso para que todo se vea mejor y más creíble.
En síntesis: mi conclusión es que, no casualmente, debo reconocer que desde "Star Wars" no veía una propuesta tan bien plantada frente al espectador. Y hago mención en que no es casual respecto a que el responsable de ambos productos, de acá en adelante, es el mismo hombre. J.J.
De su mano vendrá tanto el siguiente capítulo de la historia de Luke Skywalker como de la tripulación del Enterprise.
Luego de tanto bodrio y tanta promesa que no se terminó concretando, en lo personal, saludo con gusto el nuevo liderazgo de Abrams que nos devuelve la intensidad de la aventura tal cual nos habían acostumbrado años atrás sus padrinos cinematográficos. Larga vida al Rey Abrams; los Tíos George y Steven están bien cubiertos.
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