jueves, 25 de mayo de 2017

"Star Wars - Ep. IV - A New Hope" 40° Aniversario... Increíble Pero Real

El 25 de mayo del año 1977, "Star Wars" se estrenaba en el Teatro Chino de San Francisco



Estos eran los trailers de promoción de la época






El inicio verdadero de todo...



Si quien lee espera encontrar en las siguientes líneas una más de cientos de miles de notas hablando de la película de George Lucas, deberá retirarse de inmediato y abrevar en otro sitio para ello.
Aquí se va a hablar solo de la experiencia única y personalísima de quien escribe, parado frente al estreno de una película que era más incógnitas que certezas y que apareciera en los cines al final del ajetreado, particular y oscuro año de 1977 en Buenos Aires, Argentina. Nada mas.
Esta era la banda original, el principio de todo. De
izquierda a derecha: Han Solo, Darth Vader, La Princesa
Leia Organa, Chewbbacca, Luke Skywalker y R2D2
La que sigue, es tal vez la nota más privada y egoísta de todas las que puedan encontrar en este blog. Porque considero que después de casi cuarenta años, el derecho me asiste a exorcizar aquellos duendes y fantasmas que vienen conmigo en mudo peregrinar desde aquellos años y contar por vez primera que era de mi vida en aquel tiempo y cómo la visión del mundo de George Lucas impactó en mi mente y mi persona para definir muchas de las cosas que he hecho y escrito a lo largo de estos años.


Hecha esta aclaración, si gusta puede seguir leyendo. Si no, agradecido por la visita, le recomiendo se retire si no quiere arriesgarse a asomarse a la realidad de la vida, vista a través de la visión y la experiencia de un chico de 14 años en aquel fin de año de 1977.


¿Qué fue lo que aún no se escribió sobre "La Guerra de las Galaxias" después de 40 años de su estreno? Si muchachos, cuarenta espeluznantes años... Cuando el tango decía que veinte años no es nada, a nosotros (pendejos de 14) nos parecía todo lo contrario; una eternidad. Si nos costaba acumular en la mente solo los años vivídos ¿Quién podía entender la dimensión de hablar de algo que había ocurrido veinte años atrás?
Imagen clásica de la historia del cine si las hay.
Los cuatro descubren al mismo la existencia de la Estrella de la Muerte
Pues bien... Acá estamos. Con cuarenta años en el lomo después del antes y después del cine que nos tocó vivir en carne propia: el momento en el que a George Lucas se le ocurrió filmar la idea que desde hacía años le rondaba en la cabeza.
Casi nada...
Por eso, porque casi todo ya fue escrito al respecto, trataré de ser original en estas líneas y haré hincapié, no en una crítica reveladora, inedita o revolucionaria acerca del filme, sino más bien una crónica de lo que significó para un grupo de chicos de 14 años la experiencia de sentarse a oscuras en un cine (en una gloriosa época en la cual allí no se comía) y vivir la aventura épica más grande de la historia que nos toco vivir hasta ese momento: "Star Wars", "La Guerra de Las Galáxias"

Parecía de verdad... Pero no lo era. Dennis Muren mide que la luz sea la correcta antes de realizar una toma
sobre la Estrella de la Muerte.

Tal vez, y sin temor a equivocarme, el más bello e icónico caza de combate estelar diseñado en la historia del cine.

Los "temibles" operadores de la Estrella
se aprestan a disparar su mortífero y
apocalíptico rayo que destruye planetas enteros.
George Lucas supervisa la acción de la escena
que se rodará a continuación, previo a la destrucción
de Tatooine.


En los documentos, archivos, diarios, revistas y notas (desde gráficas hasta digitales) que se generaron en estas cuatro décadas, creo que absolutamente todo se dijo sobre ella.
Críticas, interpretaciones, análisis subjetivos, revisiones particulares y reinvenciones de lo que su creador quiso transmitir, todo se ha enunciado de ese icono de la historia del cine que, agradecido a los Dioses, hemos tenido el privilegio de disfrutar como contemporáneos de él que hemos sido.
Y sí, a menudo hemos tenido problemas para comprender que tuvimos el raro privilegio de ver nacer un hito, una leyenda, en su etapa de gestación (cuando aún no era ni una cosa ni la otra, y ni si quiera se sabía o sospechaba en qué terminaría) y aún más allá cuando explotó y se convirtió en lo que hoy ya conocemos.
A lo largo de cuatro décadas hemos sido testigos de cómo una simple pero determinante idea se gesta, se convierte en realidad y luego muta a través de una larga transformación para, finalmente, convertirse en mito.
Y nosotros, los que hoy contamos entre 47 y 100 años, hemos estado allí.
Todo a lo largo del camino... Y ahí vamos de vuelta.



Momentos antes de pasar por sobre el abismo de uno
de los canales de ventilación, Luke y Leia
prestan atención a las indicaciones del equipo.



La vida no era fácil ni agradable cuando "Star Wars" y yo nos conocimos.
Un año atrás mi familia se había desmembrado. Yo me sentía perdido, confuso. Tenía la dual sensación de libertad y abandono mezcladas en el mismo proceso de pensamiento: Libertad, porque la falta de figura paterna abría los horizontes, de una manera seductoramente peligrosa, a dispararse hacia donde uno quisiera, sin contar con nadie que tirara de las riendas, como quien sofrena a un potrillo.
Abandono, porque ya no había allí una voz mandante que marcara el ritmo, ni dijera hacia dónde íbamos o cómo lo haríamos. Estaba a la deriva. Pero me recompuse rápido. Tenía un par de amigos de fierro, el padre de uno de ellos que era lo mas parecido a un sargento de infantería y una idea clara y precisa de lo que quería ser en el futuro. Y con eso, sin más, salí adelante...

Todos dan una mano... moviendo una de las maquetas a escala del Halcón Milenario
Como la realidad era una verdadera porquería, en lugar de hacerme hippie o guerrillero (las dos actividades rebeldes de moda en aquel lejano 1977) elegí dejar los estudios (me creía un piola bárbaro) y la consecuencia fue que me mandaron a trabajar a la fábrica de un conocido que aceptó tutelarme. Me pararon frente a un torno y entre las siete de la mañana y las cuatro de la tarde de cada día de la semana lo único que hacía era cambiar de piezas de bronce con la mano izquierda mientras que con la derecha bajaba una palanca que hacía una ranura en ellas para luego tirarlas a un cajón.
Así estuve desde marzo hasta junio. El año siguió su curso y para diciembre ya había aprendido la lección: lo mejor que podía hacer era volver a la escuela.
Otra de cowboys... Si vos pensaste que en la cabina de un Caza X iba montada
de verdad una cámara... Lamento decirte que no era así.
Ésta es la otra cara del asunto...

En ese diciembre, la primera vez que escuché hablar de "Star Wars" fue en una "Gente" de esos días. Una nota a color de dos páginas y media, nada más que eso, la crónica decía que era una película diferente, rara, que atraía a grandes y chicos por igual y que su realizador había querido sintetizar en una misma historia mitología, filosofía oriental y acción al estilo Lejano Oeste (¡¿?!) ¿Como entenderlo.
Lo siguiente fue a través de la radio. Del Plata era, creo, la única que varias semanas antes del estreno previsto para el 25 de diciembre, había arrancado con una publicidad en la que se escuchaba de fondo "Oxígeno Parte Tres" de Jean Michael Jarre y la voz del locutor Pedro Aníbal Mansilla diciendo "Star Wars, La Guerra de las Galáxias..." y no recuerdo como seguía.
Para ese momento la curiosidad se me había despertado mal y trataba desesperado de pescar lo que podía de la película en cuestión. Revisaba las revistas en los quioscos, compara el "Clarín" los jueves para ver si el suplemento de "Espectáculos" traía algo y estaba atento a "Mónica Presenta" el programa de moda que siempre presentaba los temas que estaban en boga por aquellos años.



Y pensar que en la pantalla parecía tan grande el transporte con el que los jawas recorrían el desierto



Silencio... El creador esta pensando ¿Qué se le estará pasando por la cabeza?

El original, el único, el mejor... Por muchos años, este poster vistió una pared de mi casa.
Y no precisamente la que ocupaba a los catorce, no no. Este fue un gusto que me di de adulto...
Una de las primeras aterradoras visiones que tuvimos de este villano por antonomasia,
otro ícono clásico dentro del cine moderno

La batalla final. Enorme. De antología. Ver venir a los cazas X desde
la fila 4 fue una experiencia religiosa. Aunque cuando en
sucesivas sesiones pude apreciar la escena desde un lugar de la sala
más favorable, debo reconocer que se apreció mucho mejor.
Aclaración: ésta imagen no es de la versión original estrenada en el 77.
Forma parte del agregado que se hizo en la versión remasterizada de 1998.
Una semana después del estreno, el domingo primero de enero, a las seis de la tarde, con un calor que no te dejaba caminar, me tomé el 87 en Chilavert, barrio pegado a Villa Ballester y encaré hacia Villa Devoto para buscar a Carlos, uno de mis dos mejores amigos, y desde ahí sí, 146 mediante, llegar al centro para la primera función que arrancaba 20:30 Hs.
El centro era un hormiguero. La película se daba en la mitad de las salas disponibles y al momento de empezar la función, las entradas para las dos funciones especiales siguientes que habían puesto estaban agotadas. Carlos, previsor como siempre, se corrido el viernes hasta el cine y consiguió dos para nosotros. Fila 4, a un costado de la sala... ¡¡Fila 4!! ¿Entendes? Cuando Vader apareció por primera vez en la pantalla, a mí se me hizo como de siete metros de alto... Vi toda la película con la nuca apoyada en el filo del respaldo de la butaca y mirando pa´arriba!!

Y a partir de allí me sentí menos solo. Primero no podía creer lo que había visto. Todo el trayecto de vuelta a casa fue hablar solo de eso. Llegué como a las dos de la mañana a Chilavert, luego de hacer el trayecto inverso que a la ida.
Tres para triunfar... Pensar que la princesa ya no esta,
como algunos otros del elenco que ya se mudaron de galaxia.
Al otro día a las seis arriba para ir a laburar; pero a las cinco cuando terminé, me volví a ir para Devoto a juntarme con Carlos y con Martín, el otro integrante del trío, para hablar hasta la noche de lo mismo...
Ese verano, con prueba de conservar algunos programas de diferentes cines, fuí a ver la película cada sábado o domingo de enero y febrero. Para marzo, cuando empezaban las clases, transe dejar de ir a los cines del centro (donde la proyección no saltaba ni se cortaba como en los de barrio) a cambio de verla en continuado en el Cine Aconcagua de la Av. Mosconi o en el Majestic o el Sarmiento de Villa Ballester. Por la misma entrada, me quedaba en el cine desde las dos de la tarde hasta las ocho de la noche...
Es el día de hoy que cada vez que una versión nueva de "Episodio IV - Una Nueva Esperanza" aparece con metraje nuevo, remasterizada, digitalizada, caramelizada o como merde sea... ahí estoy yo para conseguirla y guardarla como un tesoro... Vaya a saber a dónde irán a parar una vez que yo me muera; pero eso no me importa. En tanto ese punto y éste, yo las sigo disfrutando.

Todos nos revolvimos en las butacas del cine
acomodándonos para el asalto final a la Estrella...
A ver si en esta vuelta acertamos el tiro!!


Decía que a partir del estreno de "Star Wars" me sentí menos solo. Es que al fin y al cabo, a Luke le pasaba lo mismo que a mí. Vivía una vida de mierda en un planeta perdido donde sus padres ya no existían. Lo tenían trabajando en una granja de la que quería zafar y el tío no lo dejaba. Veía a sus compañeros ir tras sus sueños yendose de sus lugares de origen para inscribirse en la Academia para ser pilotos, pero a él no lo dejaban.
Deseaba con desesperación desembarazarse de esa realidad para ir detrás de la vida que realmente quería y no tenía... Como yo. Si. Definitivamente había algo en ese filme que nos enhebraba a Luke Skywalker y a mí, y de seguro quien la había creado no tenía ni idea de eso... ¿Podía haber tanta casual coincidencia? Y sí, podía.

¿Hubo otra pareja tan famosa y reconocida en la historia del cine?
Si ya se... El Gordo y El Flaco, Abbot y Costello, Dean Martin y Jerry Lewis...
¿Pero como estos dos? No creo... ¡Fenómenos! 
El tiempo es veloz dijo un músico; y tenía razón.
¿Cómo se acumularon ocho historias a lo largo de estos años...? Increíble. Curioso. Ninguna otra saga, idea o secuela de un filme a lo largo de la historia del cine logró esto: continuidad y vigencia durante cuarenta años... ¡Qué lo parió Lucas! ¡Qué laburo te mandaste! ¿Se habrá imaginado alguna vez esto? No. Seguro que no. El tipo solo quería contar una historia y jamás midió para adelante lo que podría pasar. Cuestión es que de esa sencilla idea que necesitó contar, hizo ésto y millones de personas como yo alrededor del mundo, hoy están redactando su propia crónica en relación a esa galaxia muy, muy lejana. Bienvenido sea. Por la inocencia, por el mantenimiento de los valores y por la legitimidad de los sueños, a los cuales tenemos la obligación hoy de enseñarle a nuestros hijos que no se deben olvidar y menos postergar o desechar.


La batalla final con la que todos sufrimos... ¿No era que los héroes no morían?

Hoy viendo "Rogue One", tal vez el producto más cercano, el hijo pródigo entre "Star Wars" y "The Empire Strike Back", pienso que es el reflejo más fiel y acabado de aquel legado. A pesar de haber sido estrenada hace poco en todo el mundo, no duró en cartel ni el diez por ciento de lo que fue su antecesora original en 1977. El tiempo es veloz. Demasiado para mi gusto.

Aquella lejana y añorada película que narraba la historia de una galaxia, aún mucho más lejana, cuando eramos unos críos de solo diez o catorce años y que nos cambió la visión del mundo, del cine y de nuestros propios sueños, sigue hoy vigente entre nosotros como lo estuvo en aquel momento...
Legiones de jovenes que no habían nacido aún al momento de su estreno, hoy se visten con ropajes Jedi, cultivan su amor por La Fuerza y combaten El Lado Oscuro con el mismo ahínco que Obi Wan lo hizo ya mayor, de la mano del joven Luke.


El futuro, lo que estaba por venir y nosotros no lo sabíamos.
Poco después del estreno en Argentina, las noticias de que la producción
de la continuación de "Star Wars" estaba en marcha, ya empezaban a correr.
Sueñan vidas en remotas galaxias estableciéndose en paz y comunidad; le relatan historias de caballeros valientes que rescatan doncellas cruzando sistemas y desafiando a tenebrosos personajes, solo armados con un sable de luz y la convicción de la justicia.
Transmiten a sus herederos el amor por la fantasía, la ilusión y la visión de ser eternos niños en sus corazónes, creyendo, desafiando, empujando los límites y luchando para que esa indescriptible necesidad de esperanza simple y básica de creer en el bien no se esfume de nuestras culturas...
Y yo brindo por ello.

Al menos en la visión de este humilde autor, que aún hoy sigue pariendo historias preñado del fluido galáctico que el Tío Lucas inyectó en mi cerebro "solo" hace cuarenta años atrás, eso es lo que sigo sosteniendo y persiguiendo a mis casi 54 años. Y estoy orgulloso de ello...
May the Force be with you...


No estés triste... Siempre estarás con nosotros.









miércoles, 29 de marzo de 2017

1990 "It" - "It" 2017... A Ver Si Le Hacemos Justicia...








El libro fue una de las más grandes genialidades escritas en la historia de la literatura de terror a nivel mundial.
Como antecedente, solo podemos citar dos títulos cercanos que cerrarían la triada fundamental del genero en lo contemporáneo: "El Exorcista" de William P. Blatty y "La Profecía" de David Szelter.
Y, por supuesto, ubicando a la más grande historia de terror fantástico de todos los tiempos presidiendo el gran trono por sobre estas tres genialidades: El "Drácula" de Bram Stoker.






Ahí nomas, como escudero fiel que guarda el sitio y vigila que nadie toque al Rey y al Triunvirato, esta otra obra de King que supo tener su momento de gloria y ganarse un lugar en el Salón de la Fama: "La Hora del Vampíro" que en una insuperable versión para T.V. se inmortalizó no solo en el papel sino también en las pantallas de todos los televisores de quienes vimos su estreno allá por 1979 en Canal Trece.

Pero esta vez, es como si se buscara reivindicar a la genialidad. No digo que la versión de 1990 no fuera digna; pero ahí no más. Sin sobrarle nada.
Ésta, la de 2017, parecería levantar y plasmar el espíritu del libro con más fuerza, con más profundidad, con más terror. Porque si de algo se trata el terror verdadero, el que te eriza el vello, el que te hace ir a prender la luz en medio de la película, no tiene que ver con efectos especiales, ni con chorros de sangre saltando de la pantalla, ni con miembros regados a través de un escape desesperado por los pasillos de una casa abandonada... el verdadero terror es el que se te planta frente a frente cuando te dicen algo que va directo a tus más íntimos pensamientos, esos que solo vos conoces y que querés mantener a resguardo, para que nadie los use en tu contra ni para que ellos mismos se den cuenta de que les temes...

Ahora, casi veinte años después del original, estamos a punto de comprobar si esta vuelta se hará verdadera justicia o si se repetirán errores como otras tantas veces se han cometido.
Espero que no.

Si no, la maldición del payaso monstruoso se hará carne en sus peores pesadillas y caerá sobre los insolentes que osen faltarle el respeto a la obra del maestro (King, para más datos...)
He dicho... y ahora, "disfruten" (si pueden) de una pequeña dosis de lo que sufrirán cuando la peli se estrene el 8 de septiembre de 2017.





sábado, 4 de marzo de 2017

El Último Bond del Milenio



Las fotografías que incluyen texto pertenecen a la revista "Fotogramas" de España, 
en su número 1.874 del mes de Diciembre del año 1999






Fue el último Bond del milenio que vio nacer (¿Y morir?) al personaje creado por Ian Fleming.
Fue un buen intento por devolver a 007 a los orígenes desde los cuales su padre literario lanzó a la fama al agente con licencia para matar.
Fue a mi entender, y mal que le pese a quien sea, el último James Bond verdadero, original, con garantías de marca y con respeto a la formula iniciada en "Dr. No", que supimos conocer. 
Después de éste, ya lo dije en otra nota de este mismo blog, Bond ha muerto.



Último Tren a Londres...

En 1999 se estrenaba "El Mundo No Es Suficiente"; habiéndose agotado los libros originales y los cuentos que Fleming había escrito sobre el agente secreto, los productores se hallaban ante el dilema, ya desde "Goldeneye" no solo de crear nuevas aventuras y desafíos para él sino además de prepararlo para introducirlo en el nuevo milenio.
Los tiempos de Bond usando sombrero, nudos de corbata gruesos, cabello un tanto largo o haciendo proezas increíbles se habían acabado. La tendencia marcaba que un espía moderno estaba inmerso en un mundo diferente, marcado por la caída y desaparición de la Unión Soviética, el surgimiento de terroristas musulmanes y los conflictos abiertos pero circunscritos alrededor del mundo.
Entonces, primero en "Goldeneye" lo enfrentaron a un agente renegado que pretendía crear el caos económico friendo todos los circuitos electrónicos existentes en Inglaterra. Más tarde, en "El Mañana Nunca Muere", debió detener a un loco que, a falta de calamidades para comunicar, intenta generar una guerra entre China y Gran Bretaña. 
Y a éste momento de fin de milenio, los villanos de "El Mundo No Basta" intentan inutilizar una enorme superficie del Bosforo para que la única forma de transportar petroleo de Oriente a Occidente sea a través de oleoductos propios que recorren las tierras de la antigua Media Luna Fértil.
Bond se despide del siglo que lo vio nacer de manera rimbombante, orgulloso, rampante como un Cid y campante hacia un nuevo milenio. Nada menos..



Pierce Brosnan, irlandes, nacido en mayo 16 de 1953, le puso el cuerpo a Bond en cuatro oportunidades. 
La primera fue pasable, pero con mucho para mejorar, en 1995 cuando se presentó "Goldeneye"; la segunda, mucho más digna, sólida y bien traída, fue "El Mañana Nunca Muere" en 1997; la tercera es la que nos ocupa, sin dudas la expresión mejor lograda de su interpretación de Bond, no solo por su trabajo sino también por la historia mejor escrita y planteada, bien en las líneas de un Bond clásico tanto en acción como en conflicto y aventuras. 
La cuarta, lamentablemente, es la típica película que todo actor tiene en su carrera de las denominadas "No tenias que filmarla".
De Bond hablando, cada actor que lo personificó tuvo la suya: Connery, "Los Diamantes...", Moore "En La Mira De Los Asesinos", Craig "Quantum Of Solace" y Brosnan "Otro Día Para Morir".
Si su participación en Bond hubiese acabado aquí, pasaba a la historia como el más equilibrado. Cosa que le ocurrió a Dalton, cuando luego de dos cintas bastante parejas se retiró y nadie tiene nada para reclamarle.

Volviendo... "El Mundo No Basta" toma su nombre del lema que figura en el escudo de armas de la familia Bond. Este aparece en "Al Servicio Secreto De Su Majestad" la película de 1969, única protagonizada por George Lazenby, en la cual Bond saca a flote cuestiones de heráldica familiar para acercarse al escurridizo Blofeld. En el mismo se lee "The World Is Not Enough", y es solo una excusa para presentar los títulos y ya. El resto de lo que el filme contiene está unido por Bond en sí mismo y una misión que tiene mucho de personal.
Ya en el inicio del filme se nota que este tercer Bond de Brosnan es heavy, tiene pocas pulgas y reivindica la licencia que lo presenta como un asesino a sangre fría. Esto no se veía desde Connery, en sus primeros tiempos. Otra característica que muestra, es que Bond no solo es falible; además sangra, se lastima y puede perder en una pelea. El porrazo que se da cayendo del globo en el que la Cuccinotta se escapa es más que prueba. El transcurrir del film hace honor a la formula Bond más clásica: sitios exóticos o personales como el castillo donde el MI6 muda sus operaciones después de la bomba que mata a King, los cambios de escenarios. Saltamos de Londres a Escocia, de allí a Azerbakian, sus campos petrolíferos y sus picos nevados, donde Bond y Elektra hacen gala de sus habilidades de ski, Estambul, El Bosforo, los casinos, el complejo de silos para misiles ICBM abandonados por los soviéticos y el gran final a toda orquesta escapando de un submarino nuclear en las profundidades del Mar Caspio... ¿Qué más necesitan para reconocer un Film Bond? 






Brosnan se siente cómodo con este Bond. El personaje, el papel, la interpretación le calza a medida. A veces, hasta sobra la situación y sobreactúa algunos tics propios que le imprimió a 007 como aporte personal. La manera de caminar, la forma de pararse, el acomodarse la corbata o el saco, el bajar de un auto o el mirar sobrador a quienes tiene enfrente, hacen de este Bond algo tan atractivo como repelente: el tipo es un violento, un abusador que hace gala del poder con el que va por el mundo atropellando todo y no le importa ¿A quién no le gustaría por un momento hacer lo mismo?Y para que Bond se luzca mejor es imprescindible que el villano, la heroína y la acompañante del malo estén todos a un mismo nivel. Y acá no desentonan. Durante gran parte del film hay alguien que se mueve en las sombras; Bond inicia recuperando un dinero que viene con mala historia. No se sabe bien para que se usó; aparentemente alguien estaba comprando secretos nucleares rusos vendidos al mejor postor. Hay un secuestro en el medio, un terrorista que viene siendo perseguido por medio mundo y al cual el MI6 no le puede dar caza. Y como si esto fuera poco, dentro del propio edificio del MI6 en Londres matan al dueño del dinero cuando los billetes explotan, convertidos en bomba a partir de ser tratados con químicos fertilizantes. El eje de la cuestión es la propia hija del magnate asesinado. Elektra King es ahora heredera de un imperio basado en el manejo de vastos campos petrolíferos y su transporte de Oriente a Occidente a través de un increíble y largo oleoducto que atraviesa países a su paso. El MI6 cree que su antiguo secuestrador, el terrorista Renard, a quien los británicos no pudieron asesinar en su momento, ha vuelto a las andadas solo que esta vez el objetivo no es la chica sino el petroleo.










Bond viaja a Kazajistán, un país de la antigua Unión Soviética ubicado en el centro de Asia y por encima del Mar Cáspio para iniciar su pista pegándose a Elektra para protegerla y a la vez esperar a que Renard se presente y así poder atraparlo. Pero las cosas no salen como se esperan. Bond falla (¡Qué pasó!) y el malo escapa. Y no solo eso... en el camino descubre que al parecer es víctima de una mejicaneada; los buenos no son tan buenos y los malos son muy malos. Alguien le esta tomando el pelo y haciendo cosas a sus espaldas.
Para colmo de males todo se complica y se acelera cuando M, perseguida por la culpa de malas decisiones tomadas en el pasado que impactaron en la pobre Elektra, decide salir de Inglaterra para hacerse presente en el lugar de la acción a pedido de la mujer que señala a Bond como inoperante.
Las consecuencias son terribles: cuando se caen las máscaras y cada cual revela su juego, M es hecha prisionera, Bond es sacado del juego y el Estrecho de Estambul está a punto de convertirse en un cementerio nuclear que impedirá por décadas ser transitado.










El último Bond del milenio puede citarse como correcto. Es la culminación de un proceso iniciado cincuenta años atrás y que, con altos y bajos, se ha mantenido equilibrado a lo largo del camino, ha sido parejo, prolijo.
Lamentablemente, dieciocho años después de aquel diciembre del estreno de "El Mundo...", hoy
vemos que el concepto ya no existe, se resignificó a medida de los tiempos que corren y su esencia se trocó en algo más acorde a lo que el mundo consume hoy. Otros tiempos, otros gustos, y lo que es fundamental y determinante, otras mentes, otras gentes... Ciertas convenciones, ciertos parámetros, ciertos valores, hoy ya no perduran como antaño. Lo que cinco décadas atrás perduraba intacto en los siguientes años, hoy no duran ni un par de meses. La velocidad de lo inmediato, de lo efímero, de la consecuencia de un bombardeo consumista que no tiene límites ni desaceleración.
Hoy vemos un Bond andrógino. No se parece a sí mismo. Tiene demasiados atributos copiados de otros contemporáneos (Jason Bourne, Ethan Hawk, Frank Martin) y perdió la fibra. Pedir un Vodka Martini, vestir un tuxedo y lucir un Brioni no es solo ponerle el cuerpo, requiere alma también, intuición, manejo, "angel" y Brosnan tenía todo eso, por ello el smoking, la Walther y el silenciador le quedaban tan bien.


Pero bueno, es lo que hay. Y si queremos volver a las fuentes, siempre tendremos la tranquilidad de refugiarnos en las novelas o en los filmes que en diferentes formatos según los tiempos que corran, serán los depositarios del Legado Bond acuñado durante el milenio pasado.
Quien lo hubiera dicho... Un salto de milenio unido por un personaje famoso y nosotros con el privilegio de ser espectadores de ello...